Y, en una medida aún más dramática desde el punto de vista simbólico, envió a La Habana un equipo naval que transportaba misiles hipersónicos Zirkon.
Basta evocar, con un poco de exageración, la crisis cubana de 1962, que en Rusia se llama "crisis del Caribe". Los Zirkons -capaces de recorrer los menos de 200 kilómetros que separan Cuba de Florida en apenas unos segundos- están embarcados en la fragata Almirante Gorshkov, acompañados por el submarino nuclear Kazán y dos buques de apoyo.
El grupo naval realizó hoy ejercicios en el Atlántico, simulando por ordenador el lanzamiento de misiles a más de 600 kilómetros de distancia.
Y el comandante de la Armada rusa, Alexander Moiseev, anunció que "mañana llegarán a Cuba como parte de la cooperación internacional" entre ambos países.
En los últimos días, cuando la misión fue anunciada por el gobierno de La Habana, un portavoz del Pentágono, Charlie Dietz, le restó importancia, afirmando que forma parte de "operaciones navales rusas de rutina" y que "no supone ninguna amenaza directa para Estados Unidos".
Pero Newsweek, basándose en datos de seguimiento de fuente abierta, escribe que los buques de guerra estadounidenses y canadienses "siguen como una sombra" a la flotilla rusa. Un tira y afloja que no alcanza los niveles de dramatismo de la crisis de 1962, pero que guarda algunas similitudes.
En una reunión con agencias extranjeras la semana pasada, Putin advirtió que Moscú podría decidir lanzar misiles a regiones del mundo desde donde amenazarían "objetivos sensibles" en los países de la OTAN que dieron permiso a Ucrania para usar los lanzadores contra territorio ruso.
Dos días después dijo que no era un paso inminente.
Pero también hace 62 años, Nikita Khrushchev envió misiles soviéticos a la isla caribeña en respuesta al despliegue de nuevos portaaviones estadounidenses en Turquía (así como en Italia), cerca de las fronteras de la extinta URSS. Y el tira y afloja acabó con un paso atrás por parte de ambos bandos.
Rusia anunció que también había iniciado la segunda fase de ejercicios sobre la preparación de sus ojivas nucleares no estratégicas, en los que participa Bielorrusia.
Se trata de comprobar la preparación de estas armas para "garantizar incondicionalmente la soberanía y la integridad territorial" de los dos países, subrayó el Ministerio de Defensa en Moscú.
Además, son maniobras muy importantes, añadió el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dada la "situación bastante tensa en el continente europeo", provocada, en su opinión, por "nuevas decisiones diarias y acciones hostiles de las capitales europeas y de Washington".
Entre estas acciones, según Moscú, se encuentran también las de los servicios secretos ucranianos y de los países de la OTAN, que "reclutan a autores de crímenes notorios" contra Rusia "incluso entre los trabajadores inmigrantes".
"Un ejemplo indicativo -dijo Alexander Botnikov, jefe del servicio de seguridad interior FSB- es la participación de la inteligencia militar ucraniana en el ataque terrorista contra el Ayuntamiento de Crocus, que hemos descubierto".
La masacre del pasado mes de marzo, que le costó la vida a más de 140 personas, fue reivindicada por el ISIS, pero las autoridades rusas, aunque admitieron que los perpetradores eran extremistas islámicos, insinuaron la posible implicación de Kiev como instigador.
Sin embargo, esta es la primera vez que señalan directamente al Estado ucraniano.
Hasta el momento, la investigación detuvo a varios inmigrantes de Tayikistán, de los cuales cuatro están acusados ;;de ser los autores del delito.
En cuanto a la situación sobre el terreno, el Ministerio de Defensa de Moscú anunció la conquista de otros dos pueblos en Ucrania: Artyomovka, en la región de Lugansk, y Timkovka, en la región de Kharkiv
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