Por ello, el discurso de Joe Biden del viernes sobre una posible tregua entre Israel y Hamás fue recibido con una mezcla de esperanza y escepticismo debido a las decepciones sufridas hasta la fecha.
Shadi Mohamed tiene 40 años y tras la invasión de tierras abandonó Jneynah, un barrio de Rafah, hasta llegar a Al Mawasi, al oeste de la ciudad. Apreció las palabras de Biden, pero ahora espera que se hagan realidad: "Hemos oído muchas conversaciones sobre la tregua, pero ninguna de ellas ha detenido hasta ahora la guerra. Por supuesto, este conflicto terminará algún día, pero la situación en la Franja es indescriptible, es la peor tragedia que jamás hayamos presenciado".
Para Shadi, la guerra no es solo lo que vemos ahora.
"Tenemos miedo de lo que sucederá después. Caos, milicias armadas, enfrentamientos en las calles y hambre", confiesa. Teme que la mayoría de la población siga viviendo en tiendas de campaña y que si Israel o Egipto abrieran sus fronteras, muchos abandonarían el territorio de la Franja. "Estamos cansados ;;de correr siempre, queremos una verdadera tregua que ponga fin a nuestro sufrimiento diario", suspira.
Hanadi Al-Bordainy es una madre de 36 años del barrio de Zaitoun en la ciudad de Gaza. Su casa quedó destruida, lo que la obligó a mudarse cuatro veces, tantas como sus hijos: primero en la zona central, ahora en la zona de Al Mawasi. No tiene fe en la declaración del presidente estadounidense y no la oculta. "No obtuvimos nada de Biden ni de Netanyahu. Si Hamás está de acuerdo, Netanyahu se negará; si Netanyahu acepta, Hamás se negará", casi grita Hanadi.
Está convencida de que Israel aún no ha logrado sus objetivos. "La guerra continuará y nuestro sufrimiento también", dice abatida. Hanadi y sus hijos están exhaustos, han corrido el riesgo de morir varias veces debido a ataques aéreos y ataques, y ahora viven en una pequeña tienda de campaña hecha con mantas y sábanas. Para ellos, parece acercarse un quinto éxodo, de Al Mawasi a Khan Yunis. Pero poco cambiará para la joven madre: "Si hay una tregua, me quedaré en la misma tienda, no tengo adónde ir".
El desánimo hace estragos. Pero una pizca de esperanza parece surgir en el corazón de Hanadi: "Queremos una verdadera tregua, queremos sentirnos seguros y tener suficiente comida para nuestras familias". Simplemente, "queremos volver a vivir".
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA