El juicio por el caso de la estrella del porno corre el riesgo de hacer que Donald Trump, según algunos analistas, pierda más votos del electorado femenino y, por tanto, de la Casa Blanca, mientras que las encuestas lo sitúan en el nivel más bajo de este segmento demográfico.
Las mujeres representan más del 50% de los votantes y la mitad de los republicanos. Y millones más de mujeres que de hombres se registraron para votar en los últimos ciclos electorales, superando al sexo opuesto en participación en todas las elecciones presidenciales desde 1964.
Por supuesto, el juicio no se refería a la escandalosa noche de sexo con Stormy Daniels, sino al supuesto fraude contable y electoral para ocultar a los votantes la escapada con la estrella del porno. Pero en el imaginario colectivo permanece la descripción lasciva y embarazosa de aquella fugaz velada en una suite de hotel durante el torneo de golf en Lake Tahoe.
Con Trump burlado por la actriz incondicional por su pijama de Hefner (el fundador de Playboy) y azotado con la revista en la que acababa de alardear de estar en la portada, antes de consumar la traición de Melania "en la pose de misionero", en la época de embarazo de Barron.
Al parecer, no es el único, como lo demuestra el otro romance casi contemporáneo evocado en la sala del tribunal con la conejita de Playboy Karen McDougal. Un delito moral, ante todo, en contraste con los valores de la derecha evangélica que sostiene a Donald, en toda casa, iglesia y familia.
La revelación de la historia, como testificó su ex mediador Michael Cohen, habría tenido un impacto "catastrófico" para la candidatura del magnate. Especialmente con el electorado femenino, tras la reciente publicación del audio de Access Hollywood en el que presumía de poder agarrar a las mujeres por los genitales gracias a su notoriedad.
Trump siempre tuvo un problema con las mujeres, por su actitud machista, sexista, misógina. Aquellas que no le gustaban las llamaba "cerdas grandes y animales repugnantes".
Stormy se convirtió en "cara de caballo". Su ex rival de la Casa Blanca, Nikky Haley, se convirtió en "birdbrain" ("cabeza de chorlito").
La presentadora de Fox News, Megyn Kelly, que en el primer debate de 2016 lo presionó por su sexismo, dijo que goteaba sangre "de sus ojos y más allá", una alusión muy vulgar al ciclo menstrual.
Hay mucho insulto hacia la escritora Jean Carroll, cuyo juicio por difamación (por haber negado haber abusado de ella) contribuyó a que perdiera terreno entre las mujeres. Como el de la estrella porno. Y como haberse atribuido el mérito de la anulación del fallo Roe v Wade sobre el aborto por haber consolidado la mayoría conservadora de la Corte Suprema: una cuestión que sigue en la cima de las prioridades de los electores, como ya se vio en las elecciones intermedias de 2022.
Los expertos y las encuestas también dicen que Trump tendrá dificultades con el voto femenino en noviembre.
En 2016, según un análisis del Pew Research Center, Trump ganó con el 39% de las mujeres, porcentaje que ascendió al 44% en 2020 mientras que Joe Biden obtuvo el 55% del apoyo femenino.
Pero, según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac, el magnate cuenta ahora con un 36% de mujeres, frente al 58% de Biden.
Además, Melania se retiró de la campaña y no lo está ayudando. Por este motivo, no se puede descartar una vicepresidenta mujer. De lo contrario, Donald tendrá que confiar en la mala memoria de un país cada vez menos puritano, que también perdonó y reeligió a Bill Clinton tras el escándalo de Monica Lewinsky.
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