Con el control de una plataforma global como X y una fortuna personal incomparable, Musk es posiblemente el actor empresarial más importante en la política estadounidense moderna. Tiene el poder de influir en los votantes y él mismo puede ganar o perder mucho, dados los profundos vínculos de sus empresas con el gobierno.
Donald le ha propuesto un papel informal de asesor si regresa a la Casa Blanca, mientras que el propietario de Tesla está haciendo una campaña en la sombra entre la elite económica contra Joe Biden, apoyando efectivamente a su rival, aunque por ahora no ha dado ninguna respaldo y no gastó ni un dólar por Trump.
El Wall Street Journal lo reveló mientras el magnate se ve obligado a permanecer en los tribunales de Nueva York esperando por segundo día consecutivo el veredicto del jurado en el caso de la estrella porno, el primer juicio penal contra un expresidente.
Los dos, que alguna vez se insultaron, comenzaron a hablar por teléfono varias veces al mes después de una reunión privada en marzo en la lujosa propiedad del inversionista multimillonario Nelson Peltz en Florida, con sus hijos Barron y en esta ocasión discutieron un posible papel de Musk en una segunda presidencia de Trump, como asesor en particular en materia de economía y de seguridad fronteriza frente a la ola migratoria.
La extraña pareja también tocó temas como la tecnología y la ciencia, incluida la Fuerza Espacial de Estados Unidos creada por el expresidente.
Por su parte, el CEO de Tesla ilustró, junto con Peltz, un proyecto basado en datos contra el fraude electoral, haciéndose eco de las (falsas) acusaciones de fraude en 2020. Mientras tanto, según el WSJ, Musk ha iniciado una campaña secreta en círculos financieros y de alta tecnología para convencer a los inversores de que no apoyen a Biden sugiriendo cómo pueden darle dinero a Trump sin exponerse, por ejemplo a través de súper pacs.
En el pasado, Musk ha hecho donaciones tanto a los demócratas como a los republicanos, votando por el partido Donkey pero pasando al partido Grand Old en 2022, después de haber definido al Partido Demócrata como "el partido del odio y las divisiones".
Al inicio de la última campaña electoral dio su respaldo al gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Queda por entender si su conversión política está dictada por razones ideológicas, como afirma atacando el "virus de la cultura del despertar", o por intereses empresariales. Como lo hizo al entablar amistad con líderes de derecha, incluido el presidente argentino Javier Milei, el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro y el primer ministro indio Narendra Modi, para garantizar beneficios para sus empresas en estos países.
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