Las últimas incursiones, que se produjeron después de que la Corte Internacional de Justicia ordenara a Israel detener cualquier ofensiva en el puesto de avanzada sur de la Franja, representaron un nuevo golpe a las relaciones con Europa, hasta el punto de que la Unión está considerando adoptar sanciones ad hoc.
Ciertamente, los 27 países miembros decidieron convocar al Consejo de Asociación con Israel con cierta urgencia, ante la cual es casi imposible que Bruselas se mueva. También porque, en lo que respecta a la cuestión de Medio Oriente, Europa sigue dividida, con un grupo de países que en general se oponen a las sanciones.
Los ataques a Rafah y la persistencia de Israel en la ofensiva en la Franja cambió efectivamente la posición de la mayoría de los países miembros.
A la petición de un alto el fuego inmediato, el lunes muy dividido en Europa y hoy casi unánime, crece el descontento con la estrategia de Benjamin Netanyahu.
Hace unas semanas, la UE ya puso en marcha medidas, pero dirigidas exclusivamente a los colonos extremistas de Cisjordania.
En el caso de las sanciones por los atentados de Rafah, se trataría de medidas comerciales, que tienen su base jurídica en el Acuerdo de Asociación que entró en vigor hace 24 años.
En los considerandos del texto, de hecho, entre las condiciones del acuerdo figura "el respeto de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, en particular en la observancia de los derechos humanos y la democracia".
Un respeto que, según la gran mayoría de los países de la UE, Israel violó al continuar las incursiones en Rafah a pesar de la orden del Tribunal de La Haya.
"Hubo un consenso muy claro sobre la necesidad de apoyar a las instituciones jurídicas humanitarias internacionales", explicó el ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Michael Martin, definiendo como "significativo" el debate sobre posibles sanciones que los líderes de la diplomacia europea mantuvieron en la reunión del lunes.
Por otro lado, Irlanda y España, entre los países miembros, formalizaron su reconocimiento del Estado de Palestina, dando lugar a un proceso en el que, además del Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, también participó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel dijo estar "a favor".
Sin embargo, los pasos futuros sobre el expediente israelí siguen siendo complejos. El portavoz del Servicio de Acción Exterior, Peter Stano, esperó que "Israel acepte lo antes posible" la invitación al Consejo de Asociación, que -recordó- es el nivel "más alto" de confrontación bilateral entre la UE y terceros países.¿Qué pasaría si Israel rechazara la invitación? "Aún no hemos llegado a ese punto", aclaró Stano. Sin embargo, la fecha de la reunión solo puede acordarse entre las dos partes.
El húngaro Olivier Varhelyi, Comisario de Ampliación de la UE, llegó a Israel en este mismo momento. Y es precisamente Budapest la que lidera el frente más rebelde hacia la línea dura con Netanyahu.
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