Un ataque israelí contra dos líderes de Hamás en Rafah, en el sur de la Franja, dejó al menos 45 muertos y más de 180 heridos entre los palestinos desplazados de la zona, entre ellos mujeres y niños.
La incursión -a pocos días de la decisión del Tribunal de La Haya- provocó la condena del mundo, que ordenó a viva voz al Estado judío que pusiera fin inmediatamente a la operación militar.
A partir de las conclusiones iniciales de la investigación abierta por el fiscal militar israelí, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indicaron que la causa de la masacre fue el incendio que estalló inmediatamente después del raid.
El ataque alcanzó la zona de Tel Sultan, en la parte occidental de Rafah, y estaba dirigido contra dos altos comandantes militares de la facción islámica, Yassin Rabia y Khaled Nagar, responsables de las operaciones en Cisjordania y de numerosos ataques contra Israel.
Según la reconstrucción del ejército, para el ataque -basado en fuentes de inteligencia y que no tuvo lugar en la zona humanitaria de Al Mawasi- se habían "adoptado medidas para minimizar el riesgo de golpear a civiles, incluida la vigilancia aérea y el uso de armas especiales por parte de la fuerza aérea".
Pero algo, evidentemente, no funcionó. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó la masacre de civiles como "un incidente trágico que hay que lamentar", mientras una comisión independiente gestiona la investigación abierta por la fiscalía militar.
Hamás, por su parte, denunció otra "masacre sionista" y llamó a los palestinos en "Cisjordania, Jerusalén y en el extranjero a levantarse y marchar".
Luego, a raíz del ataque, anunció que había informado a los mediadores de Qatar, Egipto y Estados Unidos de que no volvería a la mesa de negociaciones -prevista para mañana- para discutir una nueva tregua y la liberación de unos 120 rehenes israelíes.
La ONU reaccionó pidiendo inmediatamente una investigación "exhaustiva y transparente" y subrayando la urgencia de "tomar medidas inmediatas para proteger mejor a los civiles".
"Todas las partes en conflicto -explicó Tor Wennesland, coordinador especial para el proceso de paz en Medio Oriente- deben abstenerse de acciones que nos alejen aún más de alcanzar el fin de las hostilidades".
Mientras, Estados Unidos pidió al Estado judío que "tome todas las precauciones posibles para proteger a los civiles" tras las "imágenes devastadoras" de Rafah.
El representante de política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo que estaba "horrorizado por los ataques israelíes que mataron a decenas de personas desplazadas, incluidos niños pequeños. Condeno esto en los términos más enérgicos. No hay ningún lugar seguro en Gaza".
El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió un alto el fuego inmediato y enfatizó que "estas operaciones deben terminar. No hay áreas seguras en Rafah para los civiles palestinos".
"Como Turquía haremos todo lo posible para garantizar que estos bárbaros rindan cuentas" ante la justicia por los "crímenes" cometidos, tronó el presidente Recep Tayyip Erdogan, comparando una vez más a Netanyahu con Adolf Hitler y Slobodan Milosevic.
Mientras que la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, denunció que "las informaciones procedentes de Rafah sobre nuevos ataques contra familias que buscan refugio son terribles. Gaza es el infierno en la tierra".
Rafah y su cruce siguen siendo el punto de máximo conflicto en la fase actual de la guerra y corren el riesgo de provocar incendios también en otros lugares. No es coincidencia que soldados israelíes mataran a un militar egipcio en un tiroteo.
Las razones y la dinámica del enfrentamiento armado aún están por determinarse, pero el incidente -a pesar de que las partes ya están en contacto para desactivar la crisis- corre el riesgo de alimentar la ya elevada tensión entre Egipto e Israel, después de que este último tomara el control del lado de Gaza del cruce y una parte del "Corredor Filadelfia" que corre a lo largo de la frontera.
Las FDI también abrieron una investigación sobre este incidente, aunque los medios israelíes informaron que el ejército culpó del tiroteo a los soldados egipcios.
No es la primera vez, sin embargo, que se producen incidentes similares, aunque no directamente en Rafah. En junio de 2023 -el último episodio en orden cronológico- un policía fronterizo egipcio mató a tres soldados israelíes.
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