Falcone murió al estallar la bomba a su paso en Capaci, Siclia, y dos meses después la Cosa Nostra mató a su amigo y colega Paolo Borsellino, con otro atentado explosivo.
"Como dijeron Falcone y Borsellino, la República ha demostrado que la Mafia puede ser derrotada y que está destinada a desaparecer", dijo el jefe de Estado.
"El compromiso de combatirla nunca flaquea. Los intentos de contaminar la sociedad civil y la intimidación de los operadores económicos siempre acechan", advirtió Mattarella.
"Es necesario mantener una vigilancia constante. "Los anticuerpos institucionales y la movilización social para evitar que las organizaciones mafiosas encuentren apoyo en áreas grises y complacientes no pueden debilitarse.
"El legado de Falcone y Borsellino es una herencia viva que pertenece a toda la comunidad nacional. Continuar con su trabajo implica trabajar por una sociedad mejor", subrayó el Presidente.
Falcone lideró la investigación que culminó en el llamado Maxi Juicio en el que más de 300 personas fueron condenadas, un proceso que demostró que la mafia siciliana realmente existía, algo que no era universalmente aceptado en la época.
Falcone y Borsellino fueron asesinados en una ola de atentados de la Cosa Nostra después de que el tribunal supremo confirmara las condenas del Maxi Juicio. Piersanti Mattarella, hermano del presidente y gobernador de Siclia, fue asesinado por la mafia en 1980.
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