Pozzuoli, sobre el Mar Tirreno, es una región muy cercana al área volcánica de Campi Flegrei, está acostumbrada a lo que en Italia se llama el "bradisismo", los movimientos lentos y graduales de ascenso o descenso de la tierra en zonas cercanas a volcanes, como el Monte Vesubio.
Pero esta vez, coinciden los vecinos, fue diferente. "Esta vez nos invadió el miedo y fue el caos", dice Luigi. En la costanera de la ciudad muchos hacían jogging esta mañana, pero hay familias que pasaron la noche en sus automóviles.
"No lo puedo explicar, la tierra no dejaba de temblar, es como si hubiera algo debajo a punto de explotar", dijo otra vecina, Margherita.
Desde las 19.51 del lunes, el enjambre sísmico en curso en la zona de Campi Flegrei registró aproximadamente 150 temblores, el más fuerte de los cuales fue de magnitud 4,4, en Solfatara.
Así lo informó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), que agregó que por el momento no hay incremento en la velocidad de elevación, que actualmente es de 2 cm/mes, ni cambios en la tendencia de las deformaciones horizontales o diferentes deformaciones locales del terreno.
"Estamos habilitando, como medida totalmente de precaución, tres áreas de espera y recepción en los municipios de Nápoles, Pozzuoli y Bacoli", afirmó el prefecto de Nápoles, Michele di Bari.
En la zona afectada por la actividad sísmica de los Campi Flegrei, la Protección Civil está actuando de inmediato y, en particular, controlando la estabilidad de los edificios, explicó su responsable, Fabrizio Curcio.
"En la noche se instalaron cinco zonas de espera en Pozzuoli y una zona de recepción en el Palatrincone de Monterusciello, donde durmieron 80 personas", reveló la unidad de crisis de terremotos de Campi Flegrei en las redes sociales. "Hasta el momento se desalojaron 19 edificios y se evacuó a 42 familias", agregó.
También se trasladó a las 140 reclusas del penal de mujeres de Pozzuoli, que sufrió leves daños por la sucesión de temblores.
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