La foto de su cuerpo martirizado, tendido en la parte trasera de una pickup entre los milicianos de Hamás, se convirtió en un símbolo de la masacre perpetrada en el rave party del 7 de octubre pasado. Ahora, Shani Louk, podrá volver a Israel, y sus familiares llorar ante los restos de la muchacha arrancada a la vida por la violencia ciega de los milicianos palestinos.
"Mamá, no sé dónde esconderme, estoy buscando un refugio", las últimas palabras de Shani al teléfono con la madre mientras alrededor se extendía la sombra de la muerte de otros tantos jóvenes asesinados en el ataque al sur de Israel.
Alemana-israelí, de 23 años, tatuadora e influencer, de su muerte llegó la confirmación a fines de octubre. Y la anunciaron los propios familiares después de que un hueso de su cráneo fue hallado en el lugar de la tragedia, con el test de ADN, no quedaron dudas.
"Las bestias bárbaras y sádicas simplemente le cortaron la cabeza", comentó en aquel momento el presidente de Israel, Isaac Herzog.
De aquella barbarie queda un trazo indeleble en la foto de la Associated Press convertido en un emblema del horror del 7 de octubre. En la imagen, tomada por el reportero gráfico palestino Ali Mahmoud, Shani yace exánime en una pickup, semidesnuda y probablemente ya fallecida, rodeada de milicianos que gritan luego de hacer perpetrado la masacre del rave party.
Una foto cruda y fuerte que, por su impacto, ganó el prestigioso premio Reynolds del Instituto de Periodismo de la Universidad de Missouri, entre los más antiguos concurso de fotos periodísticas del mundo, dejando tras de sí una estela de polémicas. Desde la publicación en las agencias internacionales, los familiares de los secuestrados acusaron a los fotoperiodistas de "complicidad", es decir, de seguir a los milicianos de Hamás en el desierto de Nagev durante su masacre en el festival Nova.
Y con motivo del premio, el Congreso Judío Europeo -que reúne a 42 organizaciones judías diferentes del Viejo Continente- se dijo "disgustado y consternado" por el reconocimiento, y pidió a la AP que dé explicaciones sobre el trabajo del fotoperiodista. Palabras que se hicieron eco de una ola de críticas en las redes sociales. En respuesta, el fotógrafo palestino negó todos los cargos.
En tanto, el padre de Shani, Nissim Louk, se distanció de las críticas y se dijo feliz de que la foto fuera recompensada, calificándola de "una de las imágenes más importantes de los últimos 50 años". Hoy, con el anuncio del hallazgo del cadáver de su hija, Nissim afirmó haber recibido "una respuesta definitiva". Junto con Shani, también regresan a casa los cuerpos de Amit Buskila, de 28 años, e Itzhak Galarenter, de 56, que también fueron asesinados en el ataque del Festival Nova.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA