El Patriarca Latino de Jerusalén, la más alta autoridad católica de Tierra Santa, l cardenal Pierbattista Pizzaballa, entró hoy a Gaza para visitar la parroquia de la Sagrada Familia, para entregar "un mensaje de esperanza, solidaridad y apoyo" a la población de la Franja devastada por la guerra.
"Su Beatitud, el cardenal Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, ingresó a Gaza y fue a la parroquia de la Sagrada Familia para una visita pastoral", durante la cual ofició misa", informó un comunicado del Patriarcado.
También hoy, la Civiltá Cattolica, la revista de los jesuitas que durante años dirigió el sacerdote Antonio Spadaro, muy cercano al Papa Francisco, que en octubre pasado lo nombró Subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación, publicó un ensayo sobre el conflicto en Gaza.
El texto, firmado por el padre David Neuhaus, recuerda que existe un histórico camino de diálogo entre la Iglesia Católica y el mundo judío, no siempre fácil, y aún mucho más complicado ahora tras los meses de guerra.
"En el diálogo, la Iglesia se compromete a escuchar atentamente y aprender, pero también está íntimamente ligada a la tierra que los judíos llaman 'Tierra de Israel'. En ella, venerada también por cristianos y musulmanes, hay un pueblo privado de sus derechos, el palestino", subraya el jesuita.
El ensayo repasa todos los episodios de falta de comprensión en los últimos meses entre la Iglesia Católica y las autoridades israelíes junto con el mundo judío.
"El Papa, recuerda La Civiltà Cattolica, ha seguido preocupándose tanto por las víctimas israelíes, incluidos los rehenes tomados por Hamás, como por las víctimas palestinas provocadas por los bombardeos israelíes y la invasión de la Franja de Gaza".
"Esta insistencia del Pontífice en ambos puntos ha provocado un conflicto entre él y las autoridades israelíes, que se ha acentuado y se ha extendido a muchos judíos en todo el mundo", agrega.
Esto ocurre, argumenta el padre Neuhaus, porque "muchos judíos comprometidos en el diálogo con la Iglesia insisten en que su lealtad al Estado de Israel es parte integral de su identidad judía".
Pero para la revista de los jesuitas, el Vaticano no puede sino practicar el camino de la "equidistancia", como lo llaman los medios vaticanos, porque en esa tierra viven dos pueblos: "Esa tierra también es el hogar de los palestinos. La migración masiva judía a Palestina comenzó en oleadas a fines del siglo XIX. La mayoría de los judíos que llegaron huían del antisemitismo europeo", sostiene.
"En 1917, cuando los británicos prometieron a los judíos una patria en Palestina, representaban el 10% de la población.
Cuando en 1947 la ONU decidió dividir el territorio en dos estados, uno para los judíos y otro para los árabes, los judíos representaban menos del 35% de la población. Hoy en Israel/Palestina hay siete millones de judíos israelíes y siete millones de árabes palestinos", subraya.
Civiltà Cattolica recuerda entonces la Carta del Papa a los judíos del 2 de febrero de este año, que "señalaba el 'horizonte' que judíos y católicos comparten, que se abre precisamente cultivando un diálogo íntimo de amistad después de siglos de distanciamiento y rechazo".
El ensayo concluye con una pregunta que también es una propuesta: "¿No podrían también israelíes y palestinos esperar un horizonte similar, el fin de las hostilidades y la construcción de un futuro compartido en una tierra llamada a ser santa, en Israel-Palestina?".
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