Israel amplía su intervención en Rafah, en el sur de la Franja. Otras tropas ingresarán pronto para apoyar a las que están ya en el terreno con el objetivo de "intensificar" la operación militar contra los batallones de Hamás. Ya la noche pasada una brigada comando se unió a las 162° División de la Brigada Givati que opera en la parte oriental de la ciudad desde el comienzo de mayo.
"La batalla en Rafah -dijo el premier Benjamin Netanyahu, que sobrevoló la región sur de la Franja- es crucial. No se trata únicamente de sus batallones, sino además de los tubos de oxígeno para huir y reaprovisionarse". Luego, dirigiéndose a los soldados, agregó: "Esta, de la que ustedes forman parte, es una batalla que decidirá muchas cosas en esta guerra".
A delinear la estrategia del golpe final que Israel piensa asestar a Hamás fue el ministro de Defensa, Yoay Gallant. La facción islámica, subrayó, "no tiene tropas de reserva, no tiene reservas de provisiones y no tiene la capacidad de curar a los terroristas que tomamos como blanco. El resultado -agregó- es que estamos debilitando a Hamás".
Ahora compete al Gabinete de Guerra, encabezado por el propio Netanyahu, dar la luz verde definitiva a los próximos movimientos.Pero la dirección parece largamente marcada y será un nuevo momento de conflicto con la administración de Joe Biden. Es posible, sin embargo, han señalado algunos medios, que no pase nada en Rafah antes de que el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, llegue a Israel el próximo domingo. El funcionario estadounidense llegará desde Riad y uno de los temas de la misión es la posible normalización de las relaciones entre Arabia Saudita e Israel, con posibles repercusiones sobre quién gobernará la Franja después de Hamás.
La acción militar en Rafah, sin embargo, volvió a poner a Israel en el banquillo de los acusados ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, que ha convocado dos nuevas sesiones a iniciativa de Sudáfrica con la petición de Pretoria de la retirada de las IDF de la ciudad.
Esa operación, denunció el abogado de Sudáfrica, Vaughan Lowe, representa "la última etapa de la destrucción de Gaza y del pueblo palestino", definida como "un genocidio". El Cairo también se lanzó al ataque. "Egipto - afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry- ha pedido constantemente el fin de la operación militar israelí en Gaza y permiso para que la ayuda humanitaria fluya sin obstáculos hacia la Franja".
Luego solicitó a la comunidad internacional como al propio Israel que "detengan las operaciones militares en el cruce de Rafah, en la frontera con Egipto".
En un hecho inesperado, el patriarca de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, entró -por primera vez desde el comienzo de la guerra- en la Franja. En la ciudad de Gaza, en la parroquia de la Sagrada Familia, donde celebró misa, entregó un "mensaje de esperanza, solidaridad y apoyo" a la población del territorio palestino. La visita, se explicó, es también la primera etapa de una misión humanitaria conjunta del Patriarcado Latino y la Soberana Orden de Malta, destinada a entregar alimentos y asistencia médica vital a la población de Gaza, devastada por el conflicto.
En el día 223 de la guerra, también se libran intensos combates en Jabalia, en el norte de la Franja. Precisamente en este lugar murieron 5 soldados israelíes y otros 7 resultaron heridos por fuego amigo. Según una investigación inicial de las IDF, un tanque que operaba en el campo de refugiados de la ciudad disparó dos proyectiles contra un edificio donde se habían reunido los soldados.
El segundo frente de Israel, el del Líbano, tampoco se detiene. Hezbolá anunció que había lanzado 60 cohetes hacia el norte del Estado judío y que un soldado resultó gravemente herido por un dron explosivo en Metulla.
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