Cuestionada la ministra de Familia, pero también el modelo "Dios, Patria y Familia", la inserción en los consultorios Pro Vida y la idea de que las mujeres "deben necesariamente tener hijos.
"Sobre mi cuerpo decido yo". Es el disenso implementado en los Estados Generales de la Natalidad por parte de una cincuentena de estudiantes del bachillerato del colectivo transfeminista ARACNE. Un desafío "al gobierno patriarcal" que para la ministra fue un acto de "censura", hasta el punto de que se levantó y se fue. La acción disidente de los estudiantes tiene sus primeros efectos: mañana se cancelará la participación prevista del ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, mientras que el responsable de Educación, Giuseppe Valditara, pidió no proponer la contribución en vídeo creada para el evento. A solidarizarse con Roccella, en primer lugar, Mattarella y Meloni.
"Querer callar a quien piensa diferente contrasta con las bases de la civilidad y con nuestra Constitución", dijo Mattarella. Solidaridad también de Meloni, "se llenan la boca de las palabras libertad pero luego aman la censura e impiden a una mujer hablar", por colegas del ejecutivo y parte de la oposición. Para el líder del M5S, Giuseppe Conte, "impedir que alguien hable siempre es negativo".
En la misma sintonía Matteo Renzi: "Quien impidió a Roccella hablar es un violento". Angelo Bonelli no está de acuerdo porque "la discusión es la base de la democracia" y también para Laura Boldrini (PD) "la disidencia no es censura", aunque "está mal no dejar hablar a la gente".
La IV edición de los Estados Generales de la Natalidad comienza con la intervención del promotor Gigi De Palo y su propuesta de crear una Agencia Gubernamental de la Natalidad, que "esperamos pueda ser debatida en el Consejo de Ministros a finales de 2024".
Lo escuchaba en el Auditorio de la Conciliación, a pocos pasos del Vaticano, un público compuesto en su mayoría por estudiantes de medias y superiores y profesionales. El primer panel incluye a Roccella, Jessica Barcella, embarazada de ocho meses, una profesional autónoma precaria invitada a hablar sobre conciliación y el presidente nacional del Foro de las Familias, Adriano Bordignon.
En cuanto la ministra toma el micrófono desde la platea comienza la protesta: silbatos y luego un grupo de estudiantes se levanta mostrando papeles con el lema de los años '70 "Sobre mi cuerpo decido yo".
vvvvY luego los cánticos contra la Pro Vita "fuera de los consultorios". Ahora todo el público está de pie, incluso Roccella se levanta y dice: "Chicos, estamos de acuerdo, nadie dijo que alguien más decide sobre los cuerpos de las mujeres. Y por eso estamos aquí, porque hoy las mujeres no deciden del todo, libremente, si quieren tener hijos, tenemos este problema".
Pero la protesta no amaina, ni siquiera después de un breve discurso en el escenario de una de las estudiantes que, entre otras cosas, dice: "Nos dicen que tengamos hijos en este mundo cuando hay un conflicto y los niños mueren y no les importa nada".
Entonces Roccella intenta volver a hablar pero es saludada por el coro: "Vergüenza, vergüenza". En ese momento se marcha "para que continúe la conferencia y no hacer que mis dos interlocutores sufran la misma suerte de censura que yo - explica- En Turín, donde la protesta se dirigía sólo contra mí, permanecí en el escenario durante dos horas. Lo hice por respeto a los demás, pensando que en mi ausencia los manifestantes se irían y así sucedió".
Pero para Roccella está claro que "la protesta no fue sólo contra mí o contra el gobierno, sino también contra la cuestión de la natalidad, como lo demuestran los abucheos que abrumaron a la madre embarazada que estaba en el escenario conmigo. Lo que se discute -está convencida- es la maternidad como libre elección". Una maternidad que las militantes de ARACNE reiteran "no debe ser el objetivo último de las mujeres: pedimos otro tipo de sociedad".
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