Las negociaciones entre Hamás e Israel en El Cairo para lograr una tregua en Gaza no se destrabaron hoy y los coloquios parecen encaminarse a lo peor.
A juicio de una fuente de la facción islámica, el diálogo "terminó y (el premier Benjamin) Netanyahu volvió al punto de partida", mientras un funcionario israelí admitió que, en la capital egipcia, "no tuvo lugar un avance".
En el marco de ese estancamiento prosiguieron con intensidad los combates en Rafah, luego de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) se hicieron del control de la parte palestina del paso con Egipto.
La escalada en la zona continúa y es obstaculizada por Estados Unidos que envió una fuerte señal a su aliado: por primera vez, confirmaron que frenaron un cargamento de armas dirigido al Estado judío y están "evaluando el envío de otras entregas militares en el breve plazo", anunció el secretario de Defensa, Lloyd Austin.
Mientras, el director de la CIA, William Burns, llegó a Jerusalén donde se reunió con el premier Benjamin Netanyahu y el jefe del Mossad, David Barnea.
El objetivo es presionar lo máximo posible para reavivar las negociaciones, por un lado, y, por el otro, evitar que la operación en Rafah continúe.
Al mismo tiempo, desde el lado israelí se reitera que es irreal la perspectiva de un freno permanente de las hostilidades invocado por Hamás.
A juicio del vocero de las IDF, Daniel Hagari, la previsión más coherente es aquella de un año de guerra: "No engañaremos a la opinión pública. Incluso después de que nos ocupemos de Rafah -dijo Hagari- habrá terrorismo. Hamás se trasladará al norte y se reorganizará".
Por ese motivo, anunció, el ejército "presentó al gobierno un plan de combate en Gaza que debería durar un año".
Por su parte, en Rafah se sucedieron choques con los milicianos islámicos en la parte oriental de la ciudad.
Las IDF hicieron saber que "prosigue la operación antiterrorista para eliminar a Hamás y desmantelar sus infraestructuras en específicas áreas de Rafah este".
Y los soldados "eliminaron terroristas y descubrieron extremos de túneles", mientras prosiguen "los raids enfocados en el lado de Gaza del paso".
Justamente la operación en la ciudad más al sur de la Franja -donde están apiñados un millón y medio de desplazados- indujo a Estados Unidos a suspender la semana pasada la entrega de un cargamento de bombas.
Se trata, según comentó una fuente de la administración Biden que pidió no ser identificada, "de 1.800 bombas de 910 kilos y 1.700 bombas de 225 kilos".
Y aún más claro fue el secretario Austin.
Hasta el momento, explicó en una audiencia en el Senado, "está en revisión la asistencia en materia de seguridad a breve plazo, en el contexto de los eventos en curso en Rafah".
Austin aclaró que una decisión definitiva no está aún tomada, pero una fuente israelí hizo saber que la iniciativa estadounidense fue recibida con "profunda frustración".
La sensación es que Washington quiere promover el plan de tregua el cual Hamás acordó.
Las hostilidades entre Hamás e Israel prosiguieron en Rafah.
En el día 215 de la guerra, las IDF anunciaron la muerte de una incursión de Ahmed Ali, el comandante de la fuerza naval del enemigo en Gaza City.
La facción palestina, en cambio, habló de que fue encontrada "una tercera fosa común en el interior del hospital al-Shifa, de Gaza City, con 49 cuerpos hasta ahora recuperados", para un total de "siete fosas comunes en el interior de los hospitales" de la Franja.
Israel, además, notificó que reabrió el paso de Kerem Shalom desde donde transitan las ayudas a Gaza, como pidieron Estados Unidos y la ONU.
Al contrario, de acuerdo con la UNRWA, ninguna ayuda ingresó a Gaza a través de ese paso.
En ese contexto, persistía el enfrentamiento aún en la frontera norte de Israel con los cohetes de Hezbolá y los ataques de respuesta.
El ministro de Defensa, Yoay Gallant, habló de la posibilidad de "un verano caliente" en ese frente.
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