Se la considera una pionera en el mundo árabe, introduciendo un periodismo profesional muy diferente al de las emisoras estatales de la región.
Hoy en día, Al Jazeera opera a través de una amplia gama de plataformas de medios, incluidos canales de televisión, sitios web, redes sociales y aplicaciones móviles en árabe e inglés.
Esto le permite llegar a una gran audiencia en todo el mundo.
Sus periodistas y operadores -es el caso de la guerra en Gaza- a menudo se encuentran en contextos donde otros tienen dificultades para llegar.
La emisora recibió numerosos premios y reconocimientos por sus primicias y su cobertura de eventos internacionales.
Entre las exclusivas más famosas estuvo la difusión del vídeo de Osama bin Laden en el que efectivamente reivindica los atentados del 11 de septiembre contra Estados Unidos.
Sin embargo, siempre fue cuestionada por quienes la consideran tendenciosa y parcial. También fue objeto de censura y cierres por parte de gobiernos a los que no les gustaba su actividad, acusándolo de apoyar a las fuerzas de la oposición.
Por ejemplo, el gobierno egipcio cerró las oficinas de Al Jazeera en el país en 2013, tras el golpe militar que derrocó al entonces presidente Mohamed Morsi.
El Cairo la acusó de estar próxima a los Hermanos Musulmanes, organización considerada terrorista por las autoridades egipcias.
En 2017, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, junto con otros países árabes, lo acusaron de apoyar a grupos extremistas y promover la inestabilidad en la región. Cerraron las oficinas de Al Jazeera en su territorio e incluso pidieron a Doha que dejara de transmitir.
El gobierno sirio cerró las oficinas de Al Jazeera en el país por algunos meses durante el período de los enfrentamientos de 2011 y la posterior guerra civil, acusándolo de apoyar a la oposición armada.
Lo mismo volvió a ocurrir en Libia en 2011: el gobierno de Muammar Gaddafi bloqueó la transmisión de Al Jazeera, acusando a la emisora ;;de apoyar a los rebeldes.
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