Las unidades líderes del ejercicio son tres portaaviones europeos: el español Juan Carlos I, el italiano Cavour y el francés Charles De Gaulle, que hasta el 10 de mayo han cedido su mando, por primera vez para el navío francés, al comando central de la OTAN.
También es significativa la participación de las fuerzas armadas turcas con el portaaviones Anadolu, así como las de Albania, Bulgaria, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Rumania, España, Turquía, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos.
El objetivo de la operación es mejorar la coordinación de las fuerzas de la OTAN y fortalecer la capacidad de actuar como un solo ejército.
Es la primera vez que Suecia participa en un ejercicio como miembro del estado, contribuyendo con helicópteros en la parte báltica de las maniobras Neptune Strike.
Entre los aspectos destacados también se encuentra una simulación de desembarco en una playa de Creta, una oportunidad para que los aliados pongan en práctica nuevos medios y tecnologías, y evalúen su rendimiento en las costas del Mediterráneo.
Uno de los objetivos del ejercicio de la OTAN es responder a nuevos desafíos, como explica el Jefe de Estado mayor del grupo de combate Dédalo, David Durán, a bordo del portaaviones español Juan Carlos I.
"La vigilancia de cables submarinos y gasoductos es hoy en día un elemento cada vez más central en las patrullas tanto en el Báltico como en el Mediterráneo", destaca.
Entre Italia y España, además, la cooperación va más allá de la simple coordinación. "Gracias a los proyectos Siaf y Silf, los procedimientos operativos de los batallones anfibios y los buzos de la marina italiana y española son ahora extremadamente similares. Con los italianos, tenemos más que una amistad, somos hermanos y absolutamente interoperables", dice Durán a ANSA.
El marino español subraya que el Grupo Dédalo está siendo esperado en Italia para el ejercicio Mare Aperto.
En la coordinación entre los aliados de la OTAN también está la semilla de la futura defensa europea.
El comandante del Juan Carlos I, Ricardo Gómez, recuerda que fue precisamente desde la cubierta de su nave que el alto representante de la UE, Josep Borrell, reafirmó el compromiso de Bruselas con la creación de cuerpos europeos de intervención rápida, durante la presidencia española.
Por lo tanto, España, Italia y Francia, con tres portaaviones hermanos, lideran actualmente el comando de las maniobras y buscan mejorar la cotidianidad de una coordinación cada vez más estructurada, sin olvidar que hasta el objetivo, aún lejano, de un ejército europeo, ya existe una defensa común en el terreno, y se llama OTAN.
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