Sin embargo, el diplomático mantuvo su posición, y acusó a Roma de "sacrificar los intereses nacionales en peligrosas aventuras antirrusas".
El secretario general de la Cancillería, Riccardo Guariglia, al recibir al enviado de Putin, solicitó "aclaraciones" sobre el caso Ariston, una operación "que no encuentra fundamento en el derecho", especialmente porque se llevó a cabo "contra una empresa con una arraigada historia en el país y que no tiene conexión alguna con la actual situación de crisis internacional".
Por ello, se expresó "la esperanza de que Rusia pueda reconsiderar la medida tomada, ya que ha sido calificada por parte rusa como temporal".
Mientras tanto, el canciller Antonio Tajani "se reserva el derecho de profundizar en las consecuencias de la decisión rusa junto con los socios del G7 y la UE y de evaluar una respuesta adecuada", informó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado al final de la reunión.
Tajani recordó que Italia actúa "en línea con los socios europeos y, en particular, con Alemania", porque Bosch, junto con la filial rusa de Ariston, también quedó bajo el control de Gazprom.
La respuesta de Paramonov a Guariglia fue una defensa total de la operación. Según la embajada rusa, se proporcionaron a la contraparte "explicaciones exhaustivas sobre la legalidad y fundamentos de las decisiones tomadas".
Y sobre todo, el ataque a Roma, se destacó que la "responsabilidad" por "el deterioro de las relaciones económicas y comerciales" bilaterales "recae completamente en las autoridades italianas".
La referencia es a las "acciones hostiles emprendidas por los Estados Unidos de América y otros estados extranjeros para privar ilegalmente a Rusia, sus entidades jurídicas y varias personas físicas del derecho de propiedad y/o limitar ese derecho sobre bienes ubicados en el territorio de esos estados".
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Rusia ha puesto bajo "gestión temporal" los activos de una veintena de empresas occidentales (incluidas Danone y Carlsberg), justificando estas iniciativas como represalias por las sanciones occidentales.
Y Moscú, en esta etapa, también está observando de cerca los activos congelados en Europa, en caso de que se apruebe la línea de utilizarlos para apoyar financieramente a Kiev.
Vladimir Putin, al mismo tiempo, desde la primavera de 2022, ha impulsado también la nacionalización de industrias privadas rusas, en nombre de la "seguridad nacional": desde textiles hasta tierras raras, desde óptico-mecánica hasta electrónica, en señal de una casi completa conversión a una economía de guerra.
Además de Tajani, el ministro de Empresas, Adolfo Urso, también está tratando el caso Ariston, y ha hablado con los ejecutivos del grupo, en presencia del gobernador de Marche, Francesco Acquaroli.
En la reunión, Urso explicó que el gobierno está trabajando con la UE en "nuevos instrumentos, en el marco del marco sancionatorio, para proteger a las empresas italianas y europeas afectadas por acciones de represalia similares por parte de la Federación Rusa".
En Bruselas, según se informa, la Comisión también ha presentado otras propuestas. Por ejemplo, si una empresa es confiscada o puesta bajo administración temporal en Rusia, el operador europeo podrá actuar ante los tribunales nacionales para atacar los bienes pertenecientes a las personas que se benefician de la medida de ejecución forzosa por parte de la autoridad rusa.
También se discutirá la situación en la "mesa Rusia" convocada para el jueves por Tajani junto con representantes de Confindustria y ejecutivos de los ministerios involucrados.
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