A seis meses del ataque del 7 de octubre, el ejército israelí se prepara para terminar su trabajo en dos frentes: al sur, en la Franja ya casi arrasada, y en el norte de Israel, constantemente tomado como blanco de los cohetes de Hezbolá desde el sur del Líbano: el ministro de Defensa, Yoav Gallant anunció el inicio de "una acción ofensiva" en el confín, con decenas de incursiones aéreas y agresiones de artillería que golperaron "40 objetivos", y reivindicó la muerte "de la mitad de los comandantes" de los milicianos chiítas proiraníes en el área.
No obstante la advertencia de Estados Unidos y los otros aliados occidentales de no atacar Rafah sin haber antes evacuado la los desplazados (operación que requeriría otras 4-5 semanas, según fuentes norteamericanas a la TV Kan), las Fuerzas Armadas de Israel (IDF) hicieron saber que están listas para ingresar a la ciudad situada en la frontera con Egipto y esperan solo la luz verde del gobierno.
Tanto es así que, divulgan fuentes de prensa, el director del Shin Bet, Ronen Bar, y el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, llegaron a El Cairo para reunirse con el jefe de la inteligencia egipcia y otros funcionarios militares para discutir los planes por la inminente ofensiva contra Rafah (a lo que Egipto también se opone por temor a un éxodo incontrolado de palestinos hacia su territorio), así como los esfuerzos por reiniciar las negociaciones para un acuerdo sobre la liberación de los rehenes aún en manos de Hamás.
Y precisamente para alimentar la ansiedad de los familiares por su destino y presionar sobre el descontento de los israelíes hacia el gobierno de Netanyahu, las Brigadas Al Qassam difundieron en Telegram un nuevo vídeo de uno de los rehenes, el israelí-estadounidense Hersh Goldberg-Polin, 24 años, en cautiverio. Secuestrado el 7 de octubre en el festival Nova de Reim, el joven resultó herido por una granada terrorista que le costó la amputación de un brazo. "Netanyahu y sus ministros deben estar avergonzados", grita el joven, visiblemente cansado y demacrado.
"Mientras están en la mesa con sus familias, piensen en nosotros, prisioneros en el infierno subterráneo, sin agua, sin comida, ni Sol, ni las medicinas que tanto necesitaba", añade Goldberg-Polin mostrando el brazo amputado en el vídeo que aparece, que no es posible fecharlo, pero en el que se hace referencia a "200 días" de prisión y a la celebración del Pesaj que se desarrolla en estos días.
Incluso el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, volvió a atacar al premier Benjamin Netanyahu, culpable, a su entender, de "poner en riesgo la seguridad de la entera región, como la de sus propios ciudadanos, solamente para mantener su carrera política".
La decana de la política estadounidense, la demócrata Nancy Pelosi, también pidió la dimisión el día en que el presidente Joe Biden firmó el paquete de ayuda a Israel, que prevé además un "aumento significativo de la asistencia humanitaria a Gaza", y volvió a solicitar al Estado judío que "garantice que la ayuda llegue a los palestinos sin demora". La situación humanitaria en la Franja parece cada vez más catastrófica: incluso la FAO definió la crisis alimentaria más grave en la historia de la escala de la seguridad alimentaria.
Mientras tanto, crece la preocupación por las acusaciones formuladas contra Israel en el caso de los cuerpos enterrados en fosas comunes cerca de hospitales en Gaza. El Estado judío sigue negando su responsabilidad, y explica que el ejército los desenterró, y "trató con dignidad", cadáveres previamente enterrados mientras buscaba los cuerpos de los rehenes asesinados.
La UE se sumó asimismo al coro de peticiones de "una investigación independiente sobre todas las sospechas y todas las circunstancias" relativas a las fosas comunes, "porque todo esto crea la impresión de que se pueden haber cometido violaciones de los derechos humanos internacionales".
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