La operación, en lo que se mostró limitada y sin alguna víctima, parece haber puesto fin, hasta el momento, a una semana de una altísima tensión en el Medio Oriente que comenzó el sábado pasado con el ataque a Israel.
Van en este sentido las palabras atribuidas por la agencia TASS a un alto funcionario del régimen de los ayatolás, según el cual no prevén represalias inmediatas. Las agresiones directas de Estado a Estado entre los dos archienemigos "terminaron", arriesgó una fuente de inteligencia regional citada por la cadena CNN.
Teherán -pese a haber cerrado el espacio aéreo durante la noche- minimizó los efectos del ataque y también cuestionó si fue el Estado judío quien lo llevó a cabo directamente.
Israel, por su parte, no se atribuyó la autoría de los acontecimientos de Isfahán ni se pronunció sobre ellos oficialmente. Estados Unidos deslindó su resposnabilidad. "No estamos involucrados -afirmó el secretario de Estado, Antony Blinken- en ninguna operación ofensiva. Lo que puedo decir es que trabajamos para reducir la escalada. No quiero decir nada más, no estuvimos involucrados".
La reunión del G7 en Capri pidió inmediatamente una reducción de la tensión, en un enfrentamiento que podría desembocar en una situación de efectos impredecibles. Y decidió centrarse en nuevas sanciones a Irán: "A la luz de las noticias de los raids del 19 de abril, invitamos a todas las partes a trabajar para evitar una mayor escalada. El G7 seguirá obrando para este fin".
Las circunstancias de la operación son menos claras. Un miembro de la Comisión parlamentaria de Seguridad Nacional, Shahriar Heidari, afirmó que los objetos voladores atacados por el sistema de defensa iraní eran "mini drones de vigilancia estadounidenses o israelíes".
Mehdi Toghyani, miembro del Parlamento iraní de Isfahán, afirmó que el "intento desesperado" de Israel se llevó a cabo con "la ayuda de agentes locales", pero "fracasó". Los analistas citados por la televisión estatal iraní también precisaron que los mini drones derribados por las defensas aéreas iraníes en Isfahan fueron pilotados por "infiltrados" desde el interior de Irán. Mientras que el comandante en jefe del Ejército iraní, Abdolrahim Mousavi, definió incluso como "absurdas" las informaciones que atribuyen el ataque en Isfahan a Israel, y recalcó que las explosiones se debieron al derribo de "objetos voladores".
Según las reconstrucciones más acreditadas, fueron tres los mini drones lanzados -alrededor de las 2 GMT y en el día del cumpleaños 85 del Guía Supremo, Ali Khamenei- hacia la base de Isfahan, importante centro militar y nuclear del país.
Algunos medios de comunicación, como el Jerusalem Post, hablaron de misiles de largo alcance pero no hay confirmación al respecto. Poco menos de tres horas después de que cesó la alarma, Irán reabrió el espacio aéreo y se reanudaron los vuelos desde el aeropuerto de Teherán.
"Los microaéreos -anunció el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian- fueron derribados sin causar víctimas ni daños. Los medios de comunicación proisraelíes -añadió- intentaron hacer de su fracaso una victoria y exagerar la cuestión". Luego advirtió que Irán está dispuesto a golpear duramente "al régimen israelí si vuelve a cometer un grave error".
Poquísimas las reacciones en Israel, donde no tuvo consecuencias la agresión y donde el ejército no decidió ningún cambio en las reglas para los ciudadanos.
Una fuente israelí simplemente dijo al Washington Post que el ataque a Isfahán "es una señal para Irán" de que "Israel tiene la capacidad de embestir dentro del país". El único comentario oficial fue el del ministro de Seguridad Nacional, el halcón ultraderechista Itamar Ben Gvir, que definió como "suave" la supuesta reacción de su país al lanzamiento de 300 drones y misiles iraníes hace una semana. lo que suscitó críticas de la oposición al gobierno de Benjamín Netanyahu.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA