El acuerdo, en forma de memorando, firmado por los jefes de las diplomacias estadounidense e italiana en su reunión bilateral el primer día de la reunión de Asuntos Exteriores del G7, pretende reforzar la colaboración bilateral y establecer "áreas de acción" desde las que desarrollar "respuestas coordinadas a la manipulación de información extranjera, especialmente de actores estatales".
Un fenómeno preocupante, también a la luz de los acontecimientos electorales cruciales de los próximos meses, desde las elecciones europeas de junio hasta las elecciones de noviembre en Estados Unidos.
Se trata de un tema candente en Estados Unidos, que quiere evitar una ola de noticias falsas mientras se preparan para las elecciones presidenciales.
La memoria se remonta necesariamente al año 2016 y al "Rusia-gate", el escándalo por la campaña en las redes sociales de injerencia de Rusia en la campaña electoral para las elecciones presidenciales en los Estados Unidos ganadas por Donald Trump.
Con el magnate nuevamente postulándose para la Casa Blanca, la administración de Joe Biden pretende defender a la opinión pública de nuevas injerencias extranjeras.
Pero no sólo en Estados Unidos se vota, pues 2024 es un año récord en cuanto a consultas electorales, y la mirada de Italia está dirigida en particular a las elecciones europeas de junio, que ya tienen su Rusia-gate: la investigación de un periodista descubrió una red de influencias orquestadas y financiadas por el Kremlin para interferir en la votación para renovar el Parlamento Europeo.
Un escándalo sobre el que Bélgica abrió una investigación mientras el debate dentro de los países sigue siendo intenso, en particular sobre cuestiones como la invasión de Ucrania y la guerra en Gaza.
El memorando Italia-Estados Unidos se inscribe, entonces, en el compromiso estadounidense de combatir la desinformación en un contexto geopolítico caracterizado por el impacto de la Inteligencia Artificial, amplificadora y creadora de contenidos desinformativos.
Con este acuerdo, Italia y Estados Unidos se comprometen a establecer un mecanismo de consulta bilateral para combatir la desinformación por parte de Estados extranjeros.
A través de cinco áreas prioritarias de intervención: estrategias y políticas nacionales, estructuras de gobernanza e instituciones dedicadas, capacidades profesionales y técnicas, sociedad civil, medios y universidades independientes, compromiso multilateral.
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