El presidente italiano, Sergio Mattarella, aseguró hoy que sus compatriotas piden y necesitan una justicia clara y eficiente.
El Consejo Superior de la Magistratura (CSM) está llamado a garantizar "la máxima credibilidad del Poder Judicial, tomando decisiones siempre con el sentido de las instituciones. Nuestros ciudadanos piden una justicia transparente y eficiente", aseveró Mattarella.
El jefe de Estado italiano regresó al Consejo Superior del Poder Judicial en un día importante, el del nombramiento de la sede del organismo autónomo d en memoria de Vittorio Bachelet, el jurista católico asesinado por las Brigadas Rojas.
El presidente se inspiró en su figura para plantear una serie de apuestas ético-políticas a los miembros del CSM, un órgano constitucional que lleva años en la mira por el uso sin escrúpulos de corrientes internas.
Mattarella, que preside el órgano administrativo de la jurisdicción y garantiza la autonomía e independencia de los magistrados ordinarios, no desaprovechó la oportunidad para recordar una serie de principios que alguna vez pudieron parecer obvios, pero que hoy siente la necesidad de repetir.
El jefe de Estado comenzó con una premisa destinada también al mundo de la política: "Bachelet expresó la convicción de que el fortalecimiento de las instituciones democráticas no se logra mediante el conflicto, sino con decisiones de una aplicación plena y coherente de los principios de nuestra Constitución".
Se trata de un diálogo por el bien del país y no de confrontación.
Y muchos de los miembros del CSM habrán captado la referencia cuando subrayó que "la composición de la diversidad no se logra recurriendo a la lógica del intercambio, que garantiza el interés de los individuos o de los grupos. Un método así representaría la negación del pluralismo democrático, que inspira nuestras instituciones republicanas".
Pero la cosa no terminó y, esta vez, el presidente se dirige directamente a los miembros del órgano: "los miembros del CSM se distinguen sólo por su 'origen'. Tienen las mismas responsabilidades en la gestión de la compleja actividad del consejo y están llamados a llevar a cabo ejercer su mandato sin tener que preocuparse de buscar el consentimiento para ellos mismos o para otros sujetos".
Para Mattarella, de hecho, las túnicas nunca deben realizar su trabajo en busca de popularidad y menos aún deben actuar para traer beneficios externos, sean actuales o no.
De hecho, añadió que "laicos y profesionales interpretan -con total independencia de cualquier restricción- un papel fundamental en el funcionamiento de nuestro sistema, siguiendo siempre, por lo tanto, las disposiciones constitucionales".
Nunca entonces, reiteró Mattarella, hay que recurrir a "lógicas de intercambio, que velan por el interés de individuos o grupos".
Poco antes, el vicepresidente del CSM, Fabio Pinelli, reconstruyó el marco político trazado por el terrorismo que, en 1980, llevó al asesinato de Bachelet en la Universidad La Sapienza de Roma.
"Bachelet dirigió con previsión el Consejo Superior de la Magistratura superando las divisiones internas y el aislamiento del Poder Judicial", manifestó.
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