Si Israel responde al ataque del pasado sábado, Irán tiene disposición a usar "un arma nunca antes utilizada", advirtió hoy el gobierno de Teherán, que pisó así el acelerador de las amenazas a la espera del contraataque del Estado judío.
"Es mejor que los sionistas se comporten racionalmente, porque si emprenden acciones militares contra Teherán estamos dispuestos a utilizar un arma que nunca hemos utilizado antes", afirmó el portavoz del Comité de Seguridad Nacional del Parlamento iraní, Abolfazl Amouei.
"El ataque de Irán destinado a castigar al agresor Israel tuvo éxito y ahora anunciamos firmemente que cualquier medida de represalia contra Irán recibirá una respuesta horrible, generalizada y dolorosa", insistió también el presidente iraní, Ebrahim Raisi.
Mientras, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cuya posición sobre la respuesta a Teherán es conocida, respondió que "Irán está detrás de Hamás, detrás de Hezbolá, detrás de los demás, pero estamos decididos a ganar en Gaza y a defendernos en todos los demás ámbitos".
En ese cruce de declaraciones, los esfuerzos de la comunidad internacional para tranquilizar a Israel incluyen el anuncio estadounidense de nuevas sanciones contra el régimen del ayatolá, que el Estado judío había solicitado en reiteradas ocasiones, y en vano, en los últimos años.
El objetivo es poner todas las cartas posibles sobre la mesa para evitar que la reacción israelí desemboque en una escalada del conflicto.
"Espero que, en los próximos días, adoptemos nuevas sanciones contra Irán", anunció la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, durante una conferencia de prensa al margen de los trabajos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero, por ahora, Israel sigue en su posición: la respuesta estará ahí y se calibrará "en el lugar y el momento adecuados", porque Irán no puede "salirse con la suya".
"No podemos quedarnos quietos ante este tipo de agresión, Teherán no saldrá impune de ella", confirmó el portavoz militar Daniel Hagari.
El gabinete de guerra israelí también se reunió hoy -la tercera vez en tres días- para revisar la situación.
Benny Gantz, uno de sus miembros, aunque convencido de la necesidad de responder a Irán, reiteró que la reacción no puede ignorar la "coordinación con Estados Unidos", que desempeñó la mayor parte del paraguas protector que apoyó a Israel en la neutralización del 99% de los drones y misiles lanzados por Irán el sábado por la noche.
La estructura que gobierna la guerra de Israel -compuesta por cinco ministros, entre ellos Netanyahu- sopesa, por lo tanto, las distintas opciones: la respuesta directa en suelo iraní, el ataque a los aliados chiitas de la zona, con Hezbolá a la cabeza, o acciones selectivas contra los líderes de los Pasdaran en el país y en el extranjero.
Tampoco es necesario poner en peligro a los países árabes de la región, como se le aseguró a Egipto, a Jordania y a los Estados del Golfo.
No es casualidad que el Ministro de Asuntos Exteriores de Ammán, Ayman Safadi, advirtiera que Jordania "no aceptará que el país se convierta en un nuevo campo de guerra".
Si Estados Unidos presiona a Israel, el presidente ruso, Vladimir Putin, lo hace con ambas partes.
"La esperanza es que Irán e Israel actúen con moderación para evitar una nueva escalada", dijo el presidente ruso en una llamada telefónica con Raisi.
Sin embargo, el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, no perdió la oportunidad de acusar una vez más a Netanyahu, a quien considera como "el principal responsable" del ataque de Irán a Israel y del incendio que arrasa a Medio Oriente.
Si Teherán es el próximo objetivo de Israel, el Hezbolá libanés es el más cercano.
Incluso hoy el vaivén continuó -dos drones explotaron en el norte del Estado judío-, y las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaron que habían matado a un alto comandante de las milicias chiitas.
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