Esto comienza con las bases en Irak y Siria, que ya han enfrentado la reacción a la ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza desencadenada después de los ataques terroristas del 7 de octubre perpetrados por Hamas.
En particular, en Irak, donde el primer ministro Muhammad Sudani ha solicitado la retirada de las tropas estadounidenses y el ejército de Bagdad considera su presencia como "una fuente de inestabilidad", ya se han registrado varios ataques.
La mayoría de esos ataques son atribuidos al grupo "Resistencia Islámica en Irak", que según Washington es respaldado por Teherán. En el país, hay casi 2.500 soldados estadounidenses, que forman parte de la Coalición contra el ISIS creada en 2014.
La situación es tan tensa que las fuerzas estadounidenses atacaron en enero pasado en Bagdad al comandante de una facción pro-iraní.
El último ataque en la capital iraquí ocurrió en 2020, cuando Qasem Soleimani, el líder de las fuerzas iraníes al Quds, fue asesinado en un ataque. En represalia, Teherán lanzó varios misiles balísticos contra la base de Al-Asad.
Entre otras instalaciones, el aeropuerto militar de Erbil, en el Kurdistán iraquí, a menudo es blanco de ataques. En esa área también están desplegados los militares italianos como parte de la operación Prima Parthica (más de mil soldados entre Irak y Kuwait), principalmente para entrenar a las fuerzas locales.
En Siria, la base militar estadounidense más conocida es la de Al Tanf, una antigua prisión estratégicamente ubicada en la frontera entre Iraq y Jordania, además de las bases de Al Omar y Al Shaddadi, en el noreste, todas atacadas desde el 7 de octubre.
Se estima que hay al menos 900 soldados estadounidenses desplegados en Siria, oficialmente para entrenar a las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que aún luchan contra el gobierno de Damasco.
En el norte, también hay 200 soldados franceses desplegados en varias bases, aunque la información proviene principalmente de Ankara, que acusa a París de entrenar a los "terroristas" del PKK, mientras que oficialmente también entrenan a las SDF. En Jordania, hay 3.000 soldados estadounidenses desplegados.
El presidente Emmanuel Macron ha destacado la base aérea en el noreste desértico desde donde despegaron los aviones de combate para interceptar drones iraníes en el ataque a Israel.
Ya lo había hecho en diciembre, cuando visitó a los 350 soldados de la base por Navidad.
Sin embargo, la base jordana que causa más preocupación es la 'Torre 22', ubicada en la frontera con Siria, a pocos kilómetros de la base de Al Tanf, que fue atacada por drones de milicias pro-iraníes en enero, resultando en tres soldados estadounidenses muertos y más de 40 heridos.
La presencia militar estadounidense en Medio Oriente también incluye numerosas bases en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein, Kuwait, Yibuti y Omán, que albergan a más de 40.000 soldados, además de los británicos.
Sin embargo, estos países difícilmente podrían ser objetivo de Teherán hoy en día, a menos que estén dispuestos a correr el riesgo de provocar la formación de una Coalición Regional anti-Irán, sugerida por Tel Aviv.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA