Desde Doha, Qatar, donde vive habitualmente, Haniyeh los llamó "mártires en el camino hacia la liberación de la mezquita de Al Aqsa y de Jerusalén". Y añadió que el ataque no cambia ni un ápice las "exigencias de un alto el fuego de las facciones" en las conversaciones indirectas entre las partes en curso en El Cairo.
Negociaciones -dirigidas por el director de la CIA, William Burns- que, sin embargo, parecen destinadas a un nuevo fracaso.
No solo por las diferencias que aún existen entre las partes, especialmente sobre el alto el fuego que Hamás quisiera que fuera permanente.
También porque la misma facción habría hecho saber que actualmente no puede identificar y localizar a los 40 rehenes israelíes necesarios para la primera fase del acuerdo de alto el fuego. Todo eso mientras la presión estadounidense sobre Benjamín Netanyahu no disminuye en intensidad.
El presidente Joe Biden volvió a criticar al primer ministro israelí, acusándolo de "cometer un error en Gaza" y de no compartir en absoluto "su enfoque". "Fui muy directo y franco en las conversaciones con Netanyahu, ahora veremos qué hace en términos de respeto de los compromisos adquiridos", afirmó por la tarde el jefe de la Casa Blanca, al tiempo que instó a Hamás a "ponerse en marcha" para responder a la propuesta de un respiro de acciones armadas de seis semanas.
El ataque en el que murieron los tres hijos de Haniyeh -Hazem, Amir y Mohammad- tuvo lugar en el campo de refugiados de al Shati, en el norte del enclave palestino.
El ejército israelí confirmó el ataque, afirmando que los tres "eran agentes de Hamás, uno de las Brigadas Qassam", y que habían llevado a cabo "actividades terroristas en el centro de Gaza". Según reconstrucciones de los medios, un misil lanzado por un dron impactó en el coche en el que viajaban mientras se dirigían, con amigos y conocidos, a la celebración del Eid al-Fitr que cierra el mes del Ramadán.
Según el propio Haniyeh, en el mismo coche o convoy también iban sus sobrinos: el saldo del ataque sería de al menos 6 muertos. Pero las FDI no han dado confirmación al respecto.
El líder de Hamás denunció lo que describió como "la brutalidad de Israel", pero destacó que los líderes palestinos no darán marcha atrás si sus familias y hogares son atacados.
"No hay duda -acusó Haniyeh- de que este enemigo criminal está impulsado por un espíritu de venganza. Hay una guerra de limpieza étnica y de genocidio en curso. Hay desplazamientos masivos".
Luego añadió que 60 miembros de su familia han sido asesinados desde que comenzó la guerra. Y por la tarde recibió el pésame del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Si bien las negociaciones en El Cairo, al menos según Haniyeh, no deberían sufrir ningún revés, la situación de las negociaciones no induce al optimismo, aunque el trabajo continúe. La noticia de que Hamás no tendría los 40 rehenes israelíes para intercambiar con Israel -transmitida por CNN- no solo complica el posible acuerdo, sino que arroja una pesada sombra sobre el hecho de que hay más rehenes muertos de los que se sabe.
El periódico The Wall Street Journal, citando a mediadores en El Cairo, informó que Hamás ya rechazó la mediación estadounidense y publicará su propia hoja de ruta para poner fin a la guerra. El caso es que Biden, en una entrevista de hace unos días, pero publicada recién hoy, volvió a distanciarse de Netanyahu. "Lo que les digo a los israelíes -subrayó- es que pidan un alto el fuego, para permitir el acceso total a alimentos y medicinas durante las próximas 6 a 8 semanas". "He hablado con todos, desde los saudíes hasta los jordanos y los egipcios. Estamos listos. Creo que no hay excusa para no proporcionar alimentos y medicinas", enfatizó Biden.
Desde Israel, sin embargo, la línea no cambia y esta vez fue el ministro centrista del Gabinete de Guerra, Benny Gantz, quien afirmó que el ejército seguirá teniendo "libertad para llevar a cabo operaciones en Gaza", incluyendo Rafah y también Khan Yunis.
Mientras continúan las amenazas de guerra entre Irán e Israel (un ataque de Teherán o de las milicias aliadas sería ahora "inminente", según fuentes estadounidenses citadas por Bloomberg), el contingente de la Unifil de la ONU en Líbano ha advertido que el riesgo de una escalada entre los dos países vecinos es real.
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