Su capacidad de producción alcanza los 42 mil millones de kWh de electricidad, aproximadamente el 40% de la electricidad generada en total por todas las centrales nucleares ucranianas y una quinta parte de la producción anual de electricidad en Ucrania.
Desde hace un año y medio no produce energía para alimentar la red eléctrica de Ucrania, pero permanece parcialmente activa solo para gestionar los dispositivos de seguridad.
Operativa desde 1984, la central ocupa un área de 104,7 hectáreas en las orillas del embalse de Kakhovka, en la estepa, cerca de la central térmica de Zaporozhe.
Está compuesta por seis reactores de agua a presión construidos entre 1984 y 1995, con una capacidad eléctrica bruta de 1.000 megavatios cada uno (VVER-1000), diseñados para una vida operativa de 30 años.
Entre 2019 y 2021, cuatro de los seis reactores experimentaron una parada programada para permitir el cambio al nuevo proveedor de combustible nuclear, la empresa estadounidense Westinghouse.
En marzo de 2022, la central de Zaporiyia cayó bajo el control del ejército ruso. Unidades especiales vigilan la planta, que está siendo operada por la empresa estatal Rosatom.
En septiembre del mismo año, también el último reactor que aún estaba activo fue desconectado de la red eléctrica ucraniana.
Las estructuras de contención de los reactores nucleares están hechas de hormigón armado revestido de acero, diseñado para resistir el impacto de un pequeño accidente aéreo.
Sin embargo, un estudio de 1989 del Departamento de Energía de Estados Unidos descubrió que el modelo de estructura de contención utilizado en Zaporiyia "presenta vulnerabilidades": por ejemplo, si un avión de combate se estrellara hacia abajo en la cúpula, donde la estructura es más delgada, podría penetrarla, causando la caída de trozos de hormigón y partes de motores de aviones.
Las líneas eléctricas externas son esenciales para enfriar el combustible nuclear en los reactores. Desde el inicio de la guerra, la planta ha perdido toda la energía externa en ocho ocasiones, la última vez en diciembre del año pasado, y debió recurrir a los generadores diésel de emergencia para suministrar energía.
El agua también es necesaria para enfriar el combustible.
Sin suficiente agua o energía para bombearla, el combustible podría derretirse y el revestimiento de circonio podría liberar hidrógeno, que podría explotar.
Además de los reactores, en el sitio también hay una instalación de almacenamiento de combustible utilizado en seco y piscinas de combustible utilizado en cada sitio del reactor que se usan para enfriar el combustible nuclear usado.
Sin el suministro de agua de las piscinas, el agua se evapora y la temperatura aumenta, lo que podría provocar un incendio que podría liberar numerosos isótopos radiactivos.
Una emisión de hidrógeno de una piscina de combustible gastado causó una explosión en el reactor 4 en Fukushima, Japón, en 2011, provocando un desastre nuclear. Una fusión del combustible podría desencadenar un incendio o una explosión que podría liberar en el aire una nube de radionucleidos que luego podrían dispersarse sobre un área extensa.
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