La iniciativa, fruto de largas negociaciones entre ambos Estados y deseada con insistencia precisamente por la República Báltica, sirve para reforzar el flanco oriental de la OTAN. Y Moscú no ha tardado en reaccionar: será motivo de "tensiones", advirtió.
El Kremlin ve "negativamente" el despliegue de soldados alemanes en Lituania y lo considera "la continuación de una escalada de tensiones que crea focos de peligro" para Rusia "en la frontera", advirtió el portavoz Dmitri Peskov, que añadióque esta situación requerirá "adoptar medidas especiales de seguridad".
Mientras tanto, en Berlín, el ministro Boris Pistorius despidió personalmente y uno por uno a los primeros 21 soldados que fueron enviados. "Damos una señal clara de solidaridad.
Este es un día importante para la brigada, para el ejército y para la OTAN", subrayó.
Con esta decisión, Alemania demuestra asumir un compromiso concreto en la defensa de la OTAN y, dejando atrás la tradición de la desvinculación, realiza otro pedazo de la "Zeitenwende", "el cambio de época" anunciado por el canciller Olaf Scholz en el Bundestag hace dos años, después del ataque ruso a Ucrania.
El ministro socialdemócrata elogió el "coraje, la voluntariedad y el espíritu pionero" de los primeros militares que parten. Ya está decidido que para fin de año habrá 150 militares desplegados en el Báltico, y en 2027 deberán ser 4,800, más 200 empleados civiles.
Según los primeros cálculos que circularon en la prensa alemana, se habla de un gasto de 800 millones de euros para Alemania. Recibió a los jóvenes "pioneros" el ministro lituano Laurynas Kasciunas, quien dijo estar "emocionado" en X: "¡Bienvenidos a Lituania! Hoy es un gran día para nosotros.
La decisión de Alemania de tener una presencia permanente de la Brigada en Lituania tiene un alcance histórico, tanto para Lituania como para Alemania", destacó.
Los soldados estarán estacionados entre Rudninkai y Rukla, y constituirán un puesto avanzado de la defensa de la OTAN en una de las zonas consideradas más expuestas de la OTAN, entre el óblast ruso de Kaliningrado y Bielorrusia.
Pistorius no negó que aún hay mucho trabajo por hacer: "se deben proporcionar infraestructuras, viviendas y cuarteles. Se hará todo lo posible para asegurar que la brigada esté adecuadamente equipada".
Por lo demás, durante las negociaciones Berlín había presionado para que la mayoría de los soldados se quedara en la República Federal, pero al final prevaleció Vilna, que quería una presencia estable de los alemanes en territorio lituano.
Del proyecto global, conocido desde hace varios meses -en junio pasado, precisamente Pistorius lo había anunciado en la capital de los socios, tras un acuerdo entre Scholz y su homólogo Gitanas Nauseda alcanzado en 2022- también forma parte la construcción de una escuela y de un jardín de infancia, para que los militares puedan ser seguidos por sus familias.
Ese es el incentivo que probablemente ha hecho la aventura más atractiva: el inspector Alfons Mais, quien acompañó a los primeros soldados en su viaje, explicó que ya hay más de 2,000 solicitudes en la Bundeswehr. "Estamos listos para defender cada centímetro de la Alianza", es la señal que se envía a Moscú.
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