Tregua o no tregua en el conflicto bélico en Gaza y en la región, con más de 350 millones de musulmanes solo en el Medio Oriente que se preparan para celebrar el Ramadán, el mes de ayuno diurno, pero también el mes de las juergas y agradables encuentros nocturnos.
El Ramadán comenzará entre el sábado y el domingo, dependiendo de las escuelas religiosas suníes y chiítas. El ayuno durante el Ramadán es uno de los cinco preceptos fundamentales del Islam: durante las horas del día, los creyentes musulmanes deben abstenerse de comer y beber. El ayuno se rompe (IFTAR) todos los días al atardecer, generalmente reuniéndose con familiares y amigos. Justo antes del amanecer hay que levantarse, desayunar y orar. Entonces comienza el día de abstinencia de comida y agua pero, en teoría, de fumar cigarrillos y de tener relaciones sexuales.
"Pasaré el Ramadán con el celular en la mano siguiendo las noticias de Gaza mientras disfruto de las últimas series de televisión desde el sofá", afirma Safwan, un empleado público en Beirut, Líbano, en primera línea del diario y sangriento intercambio de fuego entre Hezbolá e Israel.
Las plataformas de streaming y las producciones de ficción inter árabes trabajan cada año para ofrecer una variada oferta de entretenimiento serial durante el mes de Ramadán.
Este año el público se dividirá entre dramas de fondo histórico, que se hacen eco de la temática de los conflictos armados y las luchas de poder, y otras 'musalsalat' (series de televisión en árabe), sólo aparentemente más ligeras, que tratan temas sociales y se sitúan en contextos familiares y ambientales..
Pero el Ramadán no es sólo entretenimiento. "Este Ramadán será para mí un mes de verdadera purificación y expiación", afirma Suha, una palestina originaria de Naplusa, en Cisjordania.
"Tras pasar tres meses sola y solamente siguiendo las terroríficas noticias de Gaza, decidió invertir el tiempo de la plegaria y en administrar la colecta de ayuda para los niños de Gaza que quedaron huérfanos. Durante el Ramadán me dedicaré completamente a esto", agrega Suha, emigrada a Italia.
Hussein, un joven estudiante de estudios religiosos en Bagdad, dice que este año está "más motivado que otros años a interpretar el Ramadán como una oportunidad para encontrar la paz interna, especialmente después de todos estos meses de trauma colectivo y sufrimiento por lo que sucede en Gaza, en Irak y en toda la región".
En Damasco, Siria, otra capital de Oriente Medio golpeada repetidamente por ataques israelíes contra posiciones de grupos armados proiraníes, Maha se pregunta si "será el último Ramadán que pasaré con mi familia".
La joven estudiante de economía en un país que estuvo en guerra durante 13 años y lidiando con una profunda crisis económica exacerbada por las sanciones occidentales, de hecho solicitó migrar a Canadá. Y espera ansiosamente poder "escapar" porque "aquí no hay ninguna perspectiva... quién sabe cómo será el año que viene pasar el Ramadán en el frío y la nieve de Canadá", se pregunta.
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