La pista emerge de las averiguaciones
de los 007 españoles: si quizás es verdadero "sería altamente
preocupante", dijo el Alto representante UE, Josep Borrell.
En Moscú no se esconde el desprecio por el ex militar, era
"un can, murió como un can", es el comentario que le reservó
Dmitry Medvedev, en una entrevista en la que arrojó dardos con
todos y todo.
"Un criminal traidor" y "un cadáver moral", lo
había calificado el jefe del Servicio Secreto Exterior, Seguei
Naryshkin.
La investigación acerca de la muerte de Kuzminov, que el
pasado verano desertó en Ucrania a bordo de un helicóptero MI-8
que secuestró, apunta el índice contra un equipo se asesinos
profesionales mercenarios, a sueldo del Servicio de Inteligencia
de Rusia.
El único interrogante de los 007 de Madrid, conforme a las
versiones publicadas por El País, es si la emboscada data del 13
de febrero, fue obra del Servicio Secreto Exterior (SIR), del
Federal o de Seguridad (FSB, heredero de la KGB), o del Servicio
Militar de Inteligencia (GRU).
Un asunto de competencias: la deserción de Kuzminov costó la
vida a otros dos soldados desprevenidos que se encontraban a
bordo del helicóptero, al que el Ejército Rojo concedió el
título de "héroes". Otra razón más para cazarlo.
El cadáver del ex capitán fue encontrado en un garaje en el
complejo residencial en el cual residía: luego de haberle
quitado la vida con disparos de arma de fuego, los asesinos
pasaron por arriba del cuerpo con el automóvil con el que se
dieron a la fuga. Vehículo sucesivamente hallado quemado en la
vecina ciudad de El Campello.
Los medios de comunicación rusos, los primeros en relatar la
noticia de la muerte el lunes pasado, siguen apoyando la tesis
de que el ex capitán fue "liquidado por Kiev, había comenzado a
abusar del alcohol y las drogas: se había convertido en un
testigo incómodo". Tesis relanzada en una siniestra entrevista
televisiva al padre del joven: "Nadie respeta a los traidores,
ni a los adversarios, ni a los suyos, un traidor tarde o
temprano será eliminado de todos modos".
Las autoridades de Madrid precisaron que jamás tuvieron
conocimiento de la presencia de Kuzminov en España, adonde llegó
en diciembre con un pasaporte falso ucraniano a nombre de un tal
Igor Shevchenko.
No faltan ciertamente los misterios: el desertor ruso, al
que Kiev había concedido una recompensa de 500.000 dólares,
había decidido vivir sin protección en un lugar caracterizado
por la presencia de al menos 600 rusos y 300 ucranianos. Además,
Alicante es la provincia española con mayor presencia rusa en el
país, con más de 17.500 habitantes. En resumen, quizás no sea el
mejor lugar para un desertor ruso con los 007 de Moscú pisándole
los talones.
Kuzminov cometió el máximo error que puede cometer un
fugitivo: según fuentes ucranianas, habló por teléfono con su
exnovia en Rusia y la invitó a visitarlo. Algún tiempo después
sucedió la emboscada. "Hubiera sido mejor que permaneciese en
Ucrania".
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