"La abominable violencia sexual fue parte integral del ataque" lanzado por Hamás a Israel el pasado 7 de octubre, se reveló en un informe presentado por Israeli Association of Rape Crisis Centers.
En las violencias caracterizadas como sexuales, y perpetradas incluso en localidades alejadas entre sí, se detectó "la sistematicidad y la evidente intencionalidad" propias de este tipo de agresiones en zonas de conflicto, reveló la misma fuente en un informe de 35 páginas basado en testimonios, entrevistas y otros documentos procesados por los investigadores Carmit Keller Halamish y Noga Berger.
El informe tiene el título "Un grito silencioso", en memoria de las numerosas víctimas que, después de haber sido violadas y torturadas, fueron reprimidas por sus verdugos para que permanecieran en silencio para siempre.
En la portada - y en las entrevistas concedidas a los medios de comunicación - los editores advierten que, debido a la crudeza de las "descripciones gráficas de la violencia sexual y la tortura", el texto puede herir los sentimientos de quienes se dispongan a consultarlo.
El 7 de octubre de 2023 -precisó el informe- unos 1.200 israelíes y extranjeros (en su mayoría civiles) fueron asesinados y otros 254 fueron tomados como rehenes.
Incluso algunos de los rehenes -añadió el documento- fueron luego sometidos a violencia sexual en Gaza.
"Es posible que tal violencia continúe incluso ahora, en el momento en que escribimos, en febrero de 2024", señalaron los responsables del informe, quienes afirmaron estar decepcionados por el muro de escepticismo creado en el extranjero sobre esos episodios.
El informe pretende "sentar una base documental sobre un gran número de delitos".
Este mes ya fue entregado a Pramila Patten, representante especial del Secretario General de Naciones Unidas para la violencia sexual en los conflictos, durante su misión a Israel.
Los autores comprobaron que se produjeron episodios de violencia sexual en todas las zonas donde operaban los hombres de Hamás: en la fiesta musical en una zona abierta cerca de la frontera, en los kibutzim, en las bases militares, en las ciudades periféricas del Negev y también entre los rehenes.
A menudo ese tipo de ataques se llevaban a cabo de forma colectiva.
Otras veces los familiares se vieron obligados a ver de cerca los "abusos sádicos" de carácter sexual, hasta el asesinato de la víctima. Los ataques sexuales no perdonaron ni siquiera a "hombres y niños".
El texto menciona menoscabos sistemáticos de los órganos sexuales, masculinos y femeninos, también por el uso de armas.
La redacción del texto -que actualmente está disponible en hebreo e inglés, y que en el futuro será traducido a otros idiomas para que tenga la máxima difusión- fue compleja, porque parte de los testimonios recabados de las víctimas aún no pueden ser divulgados en su totalidad, para no causarles mayores daños.
"La experiencia mundial -explicaron- demuestra, de hecho, que en los casos de violencia sexual en situaciones de conflicto, su exposición requiere tiempos prolongados. Y este proceso de procesamiento no puede acelerarse".
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