El presidente saliente francés, Emmanuel Macron, se situó por delante de la candidata ultraderechista Marine Le Pen tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales, pero todo, como siempre, se decidirá en el balotaje que se desarrollará el próximo 24 de abril.
"Todavía no se ha decidido nada, lo que sucederá en los próximos quince días es decisivo para Francia y para Europa", afirmó Macron.
"Pueden contar conmigo", admitió el presidente aclamado por sus militantes en las Puertas de Versailles de París, apelando a sus compatriotas de todos los colores políticos para cerrar el paso a la extrema derecha.
Macron obtuvo la noche del domingo el pleno de votos, un 4% más que cuando fue elegido en 2017, y obtuvo una distancia sobre Le Pen.
Pero todo puede volver a cuestionarse en 15 días y si el mandatario saliente -que obtuvo un 28,4% contra el 23,4% de su contendiente- puede contar con el apoyo de buena parte de la derecha y de la izquierda, los cálculos de los analistas dicen que sobre la candidata ultraderechista convergerá al menos el 7% de los votosmás que aquellos de hace 5 años: los de Eric Zemmour, quien esta noche instó a sus seguidores a votar por ella.
Los primero sondeos hacia el 24 de abril, sin embargo, premian a Macron: según un estudio de Ipsos Sopra Steria para Le Parisien, se reconfirmaría en el Elíseo con el 54% de las intenciones de voto. Una ventaja que también le atribuye Ifop-Fiducial para TF1/LCI/ParisMatch/SudRadio: 51 a 49.
El resto del panorama de las anómalas elecciones francesas, dominadas primero por el Covid y luego por la guerra de Ucrania, ve la evaporación definitiva de la derecha neogollista y la izquierda moderada, liderada por un partido socialista cuya candidata, Anne Hidalgo, logró un lamentable 2%.
Por otro lado, destaca el triunfo popular de Jean-Luc Mélenchon, el tribuno de la izquierda radical, que superó por primera vez el 20% y quedó tercero. Y, sobre todo, barriendo los fantasmas de quienes consideraban posible que no pocos de sus seguidores votaran a Le Pen como anti-Macron: "¡Ni un voto debe ir a Marine Le Pen!", gritaba desde el escenario 4 veces, entusiasmando a sus seguidores.
Ambiente opuesto en casa del polemista de extrema derecha Eric Zemmour, que en pocas semanas pasó del 16% (estuvo mano a mano con Le Pen al principio) al 7% recogido en las encuestas. Pagó por sus reclamos prorrusos, pero sobre todo perdió la apuesta para suplantar al presidente de Rassemblement National como líder de la extrema derecha.
Le Pen se llevó el triple de sus votos a pesar de la huida fallida de algunos de sus lugartenientes -entre ellos su sobrina Marion Maréchal- para sumarse a Reconquista, el movimiento creado por Zemmour. Esta noche se mostró confiada al apelar a los franceses "de todas las sensibilidades", "a todos los que no votaron por Macron" a "unirse a esta gran Junta Nacional y Popular".
Los otros resultados describen sobre todo derrotas sensacionales, como la de Valérie Pécresse, la primera mujer que se postuló para el Elíseo con los republicanos neogollistas, que se desplomó del 16-17% inicial al 5% esta noche.
Su antecesor en la carrera por el Elíseo, Francois Fillon, a pesar de estar paralizado por el escándalo de los colaboradores parlamentarios, había ganado el 20% hace cinco años.
Más esperado, porque las urnas lo anunciaban desde hace semanas, el 2% de Anne Hidalgo, la alcaldesa socialista de París que en los últimos días anticipó su derrota proclamando la necesidad de una refundación del PS.
Mal también para los ecologistas, con Yannick Jadot por debajo del umbral del 5% en medio de una emergencia climática que fue el tema más ignorado en la campaña electoral. A la izquierda, más que nunca, sólo queda Mélenchon, que ha lanzado su OPA sobre la izquierda, proponiéndose como guía de un nuevo
"polo popular".
Como les gusta repetir a los franceses la noche de la primera ronda, la batalla de la segunda vuelta ya comenzó. Sobre el frente del presidente Macron, el desafío se está viendo en vivo por televisión, lo que debería confirmarse en unos diez días.
Hace cinco años esa discusión lo vio emerger como el ganador indiscutible, con Marine Le Pen apareciendo desarmada de argumentos frente a toda Francia. Terminó 66 a 34, pero los tiempos cambiaron.
Y aunque Valérie Pécresse dijo que votará por él, el enorme tanque neogollista sufrió una fuga del 15% de los votos, que corre el riesgo de acabar en parte en Le Pen. La batalla aún es larga, el fantasma de Le Pen aún está lejos de ser derrotado.
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