La cuarta votación para designar al sucesor del presidente Sergio Mattarella, la primera con mayoría absoluta, terminó sin un candidato claro, mientras que el actual mandatario recibió la cantidad más alta de votos, aunque Draghi conserva posibilidades para la quinta jornada.
También hoy hubo "fumata negra" en Montecitorio, pero se destacan dos datos relevantes de lo acontecido.
En primer lugar, Mattarella parece concentrar el consenso en el Parlamento: el miércoles había obtenido 125 votos y hoy llegó a los 166. No es poco teniendo en cuenta que la centroderecha optó por la abstención y muchos observan que si hubiera votado todo el mundo podría haber una treintena de votos procedentes de Forza Italia para el actual presidente.
El segundo dato muestra numéricamente cómo la centroderecha por sí solo no tendría la fuerza para imponer su propio candidato: de hecho, las abstenciones fueron 441, muy por debajo del quórum, a partir de hoy fijado en 505 votos.
Secunda a Mattarella con 56 votos el magistrado Nino Di Matteo, lanzado por los antiguos "grillini" (parlamentarios del Movimiento 5 Estrellas, ndr) del grupo mixto que se sumó recompuesto en Alternativa Popular (AP, centroizquierda). Se trata de un conspicuo paquete de votos que parece difícil de controlar en el secreto de la urna.
En tanto, el líder de la Liga, Matteo Salvini, intenta mantener el balón en juego y convocó a una cumbre vespertina sobre la que hay muchas expectativas.
Para la superación de las confrontaciones debe proponer un nombre - el tiempo de las listas parece haber pasado- verdaderamente "superpartes".
De hecho, explicó el cambio de perímetro de esta manera hablando por la primera vez de un acuerdo que mantenga unida a la "mayoría": "Vamos a ofrecer propuestas del más alto nivel.
Quiero resolver el asunto bien, rápidamente, con el más amplio consenso".
"Cuento con traer a las mesas unos perfiles que espero recojan el sí de todos. Me piden personalidades fuera de la política, sin carné en sus bolsillos, apreciados a nivel nacional e internacional", especificó el secretario general de la Liga.
El Partido Democrático, por lo tanto, sigue esperando a ver si la centroderecha será capaz de proponerlo y esperar con cautela sin abandonar al candidato favorito, Mario Draghi.
En el campo de la centroizquierda también abundan las tensiones. Los 166 votos para Mattarella se atribuyen principalmente al M5S y muchos sospechan que en lugar de Mattarella es necesario leer el nombre de Draghi.
El primer ministro sigue siendo, de hecho, una fuerte opción dentro del Movimiento y sobre su candidatura hay una batalla interna entre los que están a favor y en contra.
En tanto, pierde fuerza la candidatura del senador centrista Pier Ferdinando Casini y ganan terreno el expremier Giuliano Amato, la directora del Departamento de Información para la Seguridad, Elisabetta Belloni y el exjuez de la Corte Sabino Cassese. Estos perfiles podrían seducir a la centroizquierda.
El viernes tendrá lugar la quinta votación en la Cámara de Diputados.
La presión de los partidos sobre Roberto Fico, presidente de ese cuerpo, crece para pasar a dos votaciones diarias, pero mientras la situación siga tan confusa podría permanecer firme en un solo llamado diario.
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