En tanto su oficina desmintió las versiones difundidas, por una parte, de la prensa internacional acerca de un posible viaje a El Cairo, que habría significado el punto de inflexión. Giro que, sin embargo, parece estar en el aire, hasta el punto de que mañana se espera en la capital egipcia al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas (Abu Mazen, su nombre de guerra) invitado "urgentemente" por el líder egipcio, Abdelfatah Al Sisi.
Guerra y (provisoria) paz penden de un hilo. En la fumata blanca parece dar crédito Estados Unidos, que considera con un "cauto optimismo". El lunes el ministro israelí de Defensa, Israel Katz, que hoy se hizo presente en el Monte Hermon con Netanyahu, había certificado que "no estuvimos jamás tan cerca de un entendimiento sobre los rehenes de aquel precedente logro" de noviembre de 2023.
Lució optimista la propia Hamás que definió los coloquios de Doha "serios y positivos" e hizo saber que aceptó una nueva propuesta de los mediadores para una pausa de 60 días en los combates y el intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos, pero puso en guardia a Israel con alguna otra solicitud de último momento, como ocurrió en precedentes ocasiones.
Esta vez, sin embargo, Netanyhau parece más inclinado a concluir, ofreciendo apoyo a la esperanza expresada por su amigo y aliado Donald Trump de que los rehenes israelíes todavía en manos de Hamás ya habrán regresado a casa cuando, el 20 de enero, cuando asuma el cargo en la Casa Blanca, amenazando con "armar el infierno" si no fuera así.
En la mesa de Doha la opción que habría contado con el consenso de la mayoría del rebelde grupo gubernamental israelí sería la de una tregua ya en vigor para el inicio de la festividad judía de Hannukah, que este año coincide con la Navidad, el 25 de diciembre, con el cese de las operaciones militares en la Franja de Gaza durante al menos 60 días y la liberación de rehenes israelíes cuyo número evidentemente se está definiendo, al igual que el número de prisioneros palestinos que serán liberados.
Los reflectores de la capital de Qatar, donde negociaron las delegaciones mediadoras de Qatar, Egipto, Turquía y Estados Unidos, apuntan ahora a El Cairo. Un nudo todavía por desatar -hicieron saber fuentes egipcias citadas por la prensa internacional- son las garantías solicitadas por Hamás acerca del hecho de que cualquier tregua conduzca en breve a un verdadero cese del fuego.
En el habitual tira y afloje a distancia, el ministro Katz, casi desmintiendo esta última instancia, declaró que "una vez derrotado el poder militar y el poder dominante de Hamás en Gaza, Israel controlará la seguridad en la Franja con plena libertad de actuar, justamente como en Judea y Samaria (Cisjordania.ndr)".
Pese a las declaraciones en sentido contrario, fuentes israelíes, que subrayan que Netanyahu no se encuentra en Egipto "por el momento", transmiten la sensación de que "se están haciendo progresos" y que las próximas horas podrían ser "decisivas".
Mientras tanto, en Gaza el rugido de la guerra continúa sin cesar. En las primeras horas de hoy, al menos 12 personas murieron en los bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que embistieron una casa en el barrio de Daraj, al este de la ciudad de Gaza, y en el campo de refugiados de Shati, al noroeste de la capital.
Del lado sirio, Israel por ahora recibió garantías de Abu Mohammed al-Jolani, el líder de los rebeldes que conquistaron Siria, de que el país "no será utilizado" como base para ataques contra Israel, siempre que las FDI pongan el fin de sus incursiones en territorio sirio.
Empero Netanyahu, desde la ladera siria del monte Hermón, mirando la llanura siria y recordando cuando estuvo allí como soldado, hace 53 años, indicó que Israel permanecerá en la colina "hasta que se encuentre otro acuerdo que garantice su seguridad".
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