Una semana intensa que sigue a la trilateral de París -donde el presidente electo estadounidense y su homólogo ucraniano se reunieron a la sombra de Notre Dame- así como a la visita de Emmanuel Macron a Varsovia.
El pensamiento corre inmediatamente hacia el latiguillo del momento, la misión europea de mantenimiento de la paz en Ucrania como parte de un posible alto el fuego, pero en realidad la situación es aún más compleja, porque antes de llegar (eventualmente) a las botas sobre el terreno hay una paz que ganar con una Rusia que piensa ceder poco o nada.
El bloque del noreste de Europa, que incluye el 4,7% del PIB de Polonia en defensa, desearía ver a los socios occidentales más comprometidos con el objetivo de vencer a Moscú en el campo de batalla, con una ayuda militar aún más masiva. Se han cursado invitaciones a Francia, Alemania, Polonia, Reino Unido, Italia y la UE, pero la asistencia real sigue siendo estrictamente confidencial.
Por parte de la UE, según fuentes bien informadas, estarán tanto Antonio Costa, Presidente del Consejo Europeo, como Ursula von der Leyen, jefa de la Comisión. Incluso el lugar de la reunión sigue siendo por ahora un misterio.
El Weimar Plus surgió en las últimas semanas como el grupo de naciones europeas más significativo para fundamentar estrategias verdaderamente incisivas, una especie de directorio capaz de arrastrar y representar a los demás miembros de la UE y la OTAN.
Varsovia, además, asumirá la presidencia rotatoria el 1ro de enero y tiene en mente un programa centrado en el tema de la seguridad.
El camino hacia un compromiso europeo serio solo puede empezar desde aquí. El debate, por supuesto, se trasladará después al Consejo Europeo, donde existen sensibilidades muy diferentes.
Mientras tanto, están los neutrales -Austria, Irlanda y Chipre- que no pertenecen a la OTAN. Después los "pacifistas" Hungría y Eslovaquia, muy cercanos a Moscú y a su propaganda.
En términos de apoyo militar, los 27 examinarán a continuación "los progresos realizados en la entrega de sistemas de defensa aérea, munición y misiles", así como la provisión a los soldados ucranianos de "la formación y el equipamiento necesarios" y cómo ayudar a Kiev a sobrevivir al invierno.
Por supuesto, las crisis no se detienen en Ucrania, por lo que los 27 debatirán "la rápida evolución de la situación en Medio Oriente", incluida la mejor manera en que la UE puede contribuir a los esfuerzos de desescalada, el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Líbano y los "últimos acontecimientos en Siria".
"Esperamos un debate sobre la articulación de una política común y sin duda habrá, en las conclusiones, un pasaje sobre la alegría por la caída del régimen de Assad", aseguró una fuente diplomática europea.
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