El tiempo apremia para que el gobierno de Joe Biden pueda llevar a casa un resultado, o al menos un plan acordado, para un alto el fuego en los dos frentes calientes de Gaza y Líbano antes de la votación.
Particularmente después del asesinato del líder de Hamás, Yahya Sinwar, Blinken reiterará a Benjamin Netanyahu "la importancia de poner fin a la guerra en Gaza, garantizar la liberación de todos los rehenes y aliviar el sufrimiento del pueblo palestino".
Eel tiempo, de hecho, se acaba aún más para los prisioneros israelíes que aún se encuentran en la Franja y para sus familias, que llevan más de un año esperando, atormentados por noticias fluctuantes sobre liberaciones inminentes o, peor aún, sobre la muerte de uno de ellos.
Noticias que Hamás también contribuye a difundir en una especie de guerra psicológica, como la del asesinato de una mujer como rehén en el norte de la Franja "en circunstancias por aclarar", confiada a Al Jazeera y luego desmentida por la tarde por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Estados Unidos también trabaja en el frente norte, con el enviado por Biden, Amos Hochstein, quien en Beirut reiteró que Washington quiere poner fin al conflicto entre Hezbolá e Israel "lo antes posible", pero que la resolución 1701 de la ONU ya no es suficiente para garantizar la paz entre los dos países, y anunció que Estados Unidos está trabajando en una nueva fórmula que pueda cerrar el conflicto de una vez por todas.
Según informó Axios, citando a funcionarios estadounidenses e israelíes, el Estado judío ya entregó su propio plan para una solución diplomática a Estados Unidos: la propuesta prevé que las FDI puedan desplegar una "fuerza activa" para impedir que Hezbolá se reconstituya cerca de la frontera y que la fuerza aérea pueda operar libremente en el espacio aéreo libanés.
Una propuesta que según fuentes estadounidenses sería difícil de aceptar por parte de la comunidad internacional y del propio Líbano: "No hay alternativa a la resolución 1701", respondió ya el primer ministro, Najib Mikati, pero dejando la puerta abierta a "nuevos acuerdos" para implementarlo.
Netanyahu, por su parte, podría responsabilizar a Blinken por la filtración del Pentágono que provocó que los planes israelíes de respuesta al ataque de Irán el 1 de octubre terminaran en la red.
Un ataque que el Estado judío no puede dejar impune, menos aún después del dron lanzado por Hezbolá hacia la casa del primer ministro en Cesarea y después de que Israel desmantelara una red de espías que trabajaban a sueldo de Teherán.
La oficina del Fiscal del Estado informó de la detención de 7 israelíes, entre ellos un soldado desertor y dos menores, acusados ;;de fotografiar y recopilar información en emplazamientos militares sensibles, entre ellos el cuartel general de Kirya en Tel Aviv y algunas bases de aviones alcanzadas por misiles iraníes y drones de Hezbolá en los recientes ataques.
A la espera de la reacción de Israel -cuya luz verde "será aprobado en el último minuto" - Irán ya hizo saber que responderá a su vez y sin dudar a un contraataque Israelí, en una escalada que parece interminable. Para ayudar al Estado judío a "protegerse" de nuevas represalias de la República Islámica, Estados Unidos desplegó en Israel la batería de defensa antimisiles Thaad: el sistema está "en posición" y "tenemos la capacidad de ponerlo en funcionamiento muy rápidamente", advirtió el secretario de Defensa, Lloyd Austin, desde Kiev.
Mientras tanto, sobre el terreno, las FDI continúan atacando los distintos frentes abiertos.
En varias localidades del Líbano está en la mira el brazo financiero del Partido de Dios, al Qard al Hassan, que amenazó con "ojo por ojo, diente por diente".
Los medios libaneses también informaron de la muerte de al menos siete personas, incluido un niño, en bombardeos en Baalbek y Tiro. Y al menos tres ambulancias fueron blanco en 24 horas, con la muerte de cuatro socorristas.
Según el ejército israelí, Hezbolá lanzó 150 cohetes contra Israel: cinco, interceptados en el mar, obligaron al aeropuerto Ben Gurion a suspender los vuelos durante varios minutos.
También se atribuyó a Israel la explosión de un coche en pleno Damasco, escenario ya de ataques selectivos de las FDI, en el barrio de Messah, donde se celebraba una ceremonia en memoria de Sinwar.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un misil impactó en el coche matando a dos personas: una de ellas no era siria. Para los medios israelíes, era responsable de la transferencia de armas de Irán a Hezbolá.
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