Una medida que la ley estadounidense permite
debido a que entre las víctimas hay 43 ciudadanos
estadounidenses.
La acusación también cuestiona ataques anteriores de Hamás.
Siete delitos, entre ellos conspiración para financiar el
terrorismo, apoyo material a actos mortales de terrorismo, uso
de armas de destrucción masiva y el asesinato de decenas de
ciudadanos estadounidenses.
El Departamento de Justicia también está investigando el
asesinato del israelí-estadounidense Hersh Goldberg-Polin, de 23
años, quien fue ejecutado por Hamás la semana pasada junto con
otros cinco rehenes.
En el punto de mira de la acusación, además de Sinwar, que
se cree que se esconde en los túneles subterráneos de Gaza,
están el exlíder político Ismail Haniyeh, Mohammed Deif y Marwan
Issa (comandante adjunto del ala militar de Hamás), los tres
eliminados en incursiones reivindicadas o atribuidas a Israel.
Sin embargo, otros dos líderes siguen vivos: Khaled Meshaal,
jefe de la oficina de la diáspora de Hamás, que dirige las
actividades del grupo fuera de la Franja de Gaza y Cisjordania,
y Ali Baraka, jefe de relaciones exteriores de Hamás.
En una declaración en video, el fiscal general Merrick
Garland dijo que los acusados ;;eran responsables de "financiar
y dirigir una campaña de décadas para asesinar a ciudadanos
estadounidenses y poner en peligro la seguridad de Estados
Unidos".
Y que "dirigió los esfuerzos de Hamás para destruir el
Estado de Israel y asesinar a civiles para lograr ese objetivo".
El grupo, acusó, llevó a cabo la "masacre más mortífera de
judíos desde el Holocausto", asesinando a "familias enteras,
ancianos, niños" y "convirtiendo la violencia sexual contra las
mujeres en un arma, incluidas la violación y la mutilación
genital".
Las acusaciones se remontan a febrero, pero se han mantenido
en secreto con la esperanza de atrapar a algunos de los
acusados. Sin embargo, después del asesinato de Haniyeh en
Teherán, el Departamento de Justicia decidió hacer públicos los
cargos, "que no serán los últimos", prometió Garland.
La reciente ejecución de los seis rehenes también parece
haber influido.
"Los líderes de Hamás pagarán por estos crímenes", ha
repetido varias veces Joe Biden. La medida de la justicia
estadounidense es el primer paso para asegurarles sus
responsabilidades, aunque sea una medida más simbólica, dado que
tres acusados ;;han muerto y otros tres están "prófugos".
Pero, según los analistas, la administración Biden quería
enviar a Hamás y a cualquiera que colabore con el grupo un
mensaje del tipo "los perseguiremos vivos o muertos".
Queda por ver si la medida tendrá algún impacto en las
negociaciones de alto el fuego y la liberación de rehenes,
reduciendo por ejemplo la flexibilidad de Hamás.
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