En su comparecencia, que no duró más de 20 minutos, Miguel Angel Crispi, jefe de asesores, y Carlos Durán, jefe de gabinete de la presidencia, aludieron en varias oportunidades a la naturaleza "privada" de sus conversaciones para evitar dar detalles sobre el caso ante las consultas de los parlamentarios.
"No puedo compartir conversaciones que por su naturaleza son privadas. Entiendo la molestia que pueda generar, pero es así.
Yo soy el jefe de asesores del Presidente y no puedo compartir las recomendaciones, sugerencias y evaluaciones políticas con quien me entrega la confianza para asesorarlo", dijo Crispi.
En medio de un clima de tensión por su negativa a detallar las conversaciones con el presidente Boris, el funcionario se limitó a plantear que su labor tras conocerse la denuncia contra Monsalve fue buscar sucesores para el cargo. Su actitud mereció críticas. Una parlamentaria de derecha la calificó de derecha, y una comunista de "inadecuada".
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