Cuando me llamó pensé: solo necesito a Almodóvar, después podré terminar mi carrera", suspira emocionado Cristiano Malgioglio, compositor, cantante, toda una figura de la televisión italiana.
El
reconocido creador, que escribió algunas de las canciones más
famosas de la música italiana, como "L'importante è finito",
será el presentador de la tercera velada del festival de la
música italiana el miércoles 12 de febrero, junto a la modelo
Bianca Balti y el actor Nino Frassica.
"Cuando baje las escaleras, mi pensamiento estará en
Raffaella Carrá, la estrella italiana de la canción fallecida en
2021. La escuché hablando por teléfono antes de que se fuera y
me dijo: 'Cristiano, no cambies nunca, cuando estás aquí la
televisión cambia de color'. Llevaré siempre conmigo sus
palabras", dijo Malgioglio a ANSA, emocionado.
Y confiesa que a pocos días del festival siente "una
cierta ansiedad: sé que todas las miradas están puestas en San
Remo. No paran de preguntarme qué llevaré puesto: mi ropa aún no
ha llegado y quizá tenga que ir a recogerla a Madrid, el sábado
o el domingo. No puedo adelantar nada: me he inspirado en las
estrellas de Hollywood de los años 40, nada de plumas ni looks
ya vistos, quiero despertar la imaginación. Con un esmoquin
sería un pez fuera del agua".
Halagado por los elogios de "muchos colegas y
personalidades, desde Anastacia a Carla Bruni", el cantautor,
letrista y presentador le pide a Conti "la máxima libertad:
quiero ser yo mismo, no quiero autores, no me gusta sentirme
enjaulado. Si me preguntan si estaré fuera de los esquemas, la
respuesta es: Absolutamente, sí; un cañón suelto", promete entre
risas.
"Carlo es mi amigo desde hace años, me dio el visto bueno
en prime time con 'I Raccomandati', luego vinieron los cuatro
años de 'Tale e Quale Show' (otro programa de la TV italiana,
NDR): en el jurado me divierto, no hago el bien y digo lo que
pienso. Me gustaría hacer lo mismo en el escenario del Ariston,
quién sabe...", desliza luego imaginando su noche en San Remo.
Mientras tanto, se muestra "particularmente feliz" de
estar cerca de Bianca Balti, porque "dará testimonio de la
fuerza de todos aquellos que luchan contra la enfermedad (se
sometió a una mastectomía bilateral en diciembre de 2022 como
medida preventiva, NDR)". "No la conozco personalmente, pero
estoy convencido de que la haré sonreír: de hecho, me gustaría
bailar salsa con ella", confiesa Malgioglio.
En un festival sin monólogos "no tocaré el tema
político, no soy capaz", asegura. "Pero me gustaría, de alguna
manera, reiterar, si existe la oportunidad, mi llamamiento
contra la violencia hacia las mujeres, como hice en Fin de Año
en la RAI1. Me gustaría que los jóvenes descubrieran el lenguaje
del amor, quizás apoyándose en grandes escritores en lugar de
quedarse estancados en los smartphones o TikTok", comentó luego.
El tema del respeto ha animado el debate sobre las letras
violentas y sexistas, sobre todo en el rap: "Conozco a Carlo y
confío en sus elecciones, sé que el tema del amor está muy
presente en las canciones en concurso y estoy contento por ello.
El rap? Casi lo esperaba en Carpe Diem, me encanta Eminem, pero
sería bonito que el lenguaje fuera menos violento. Estoy
contento de que Tony Effe lleve al festival una canción con una
letra más moderada, en dialecto romano", añadió con cierta
ironía contra el rap.
"Quiero desearle mucha suerte a Fedez, Achille Lauro, Tony
Effe: dejémosles cantar, veamos qué son capaces de decir e
interpretar", señaló. Y no se compromete con las canciones en
concurso: "Espero que sean canciones capaces de ir más allá de
Ventimiglia", sonríe. "Cuando hice 'Amici', compartiendo dos
años maravillosos con Maria De Filippi, intuí el potencial de
Angelina Mango y predije su victoria en San Remo y Eurovisión",
afirmó. Luego admitió: "Bueno, me gustaría ver a Giorgia en
Eurovisión".
Autor de éxitos imperecederos como "L'Importante è
Finire", "Ancora Ancora Ancora", "Testarda Io", "Cocktail
d'Amore", autor de decenas de álbumes y excelentes
colaboraciones desde Mina hasta Roberto Carlos, Malgioglio
reivindica "dos puntos fuertes: sé bailar como un gran
coreógrafo, tuve la suerte de trabajar con George Chakiris en la
primera West Side Story, me encantaron Rita Moreno, Cyd
Charisse, Zizi Jeanmaire... Y además tengo un gran oído, capto
los matices. La música para mí es alegría, me curó de la soledad
y la depresión: me curé con la voz de Cesaria Evora, me arrullé
con Tony Bennett. En San Remo me hubiera gustado cantar con
Adam, que viene de Kazajstán, su canción 'Zhurek', que es
hermosa como pocas". A sus 79 años, todavía disfruta compitiendo
"con canciones de verano" como "Fernando" o "Rosa Tormento"
porque "son canciones aparentemente despreocupadas, pero hay una
historia detrás. No soy un gran cantante, pero cuento
historias", remata.
Y cuenta que estos días alivia la espera "releyendo por
tercera vez 'Cien años de soledad', en la versión original:
tengo un ejemplar que me envió el propio Gabriel García Márquez,
lo conocí en Cuba, no quiso darme su autógrafo... En
compensación me envió tres libros", contó. Y vuelve a San Remo:
"Espero hacerlo bien y seguir siendo Cristiano, sin dejarme
llevar por las emociones. Antes de subir al escenario haré la
señal de la cruz: me da seguridad".
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