La reina de la velada, galardonada con el León de Oro a su trayectoria, Sigourney Weaver puso de pie a todo el público para brindar una merecida ovación a una actriz que ha hecho historia en Hollywood.
"Estoy abrumada por la emoción", afirmó la intérprete de 74 años de "Alien" y de "Avatar", la primera mujer protagonista de una película de ciencia ficción, la primera en utilizar un lanzallamas y decir frases inapropiadas en una película.
"Este León de Oro vendrá conmigo en la góndola, en el avión conmigo y mi marido tendrá que acostumbrarse a tenerlo en la cama entre nosotros", bromeó.
Camille Cottin, la actriz francesa famosa en Italia por la serie "¡Llame a mi agente!", celebró a Weaver en el escenario de la gran sala del Palazzo del Cinema y subrayó que sus elecciones fueron fuente de inspiración para todas las actrices, rompiendo todos los estereotipos y representando las mujeres en su complejidad".
"Brava cara mia!" (¡Bien hecho, querida!) dijo James Cameron en italiano en un vídeo mostrado en la ceremonia.
"Sig -como él la llama- tiene emocionalmente 15 años, por eso logra pasar de la científica Grace a la adolescente Kiri en Avatar, en definitiva, una alegría absoluta".
Luego, la ganadora subió al escenario para agradecerle el gran honor y, sorprendentemente, como ambientalista convencida, citó el sistema MOSE como un ejemplo "de la preocupación de los ciudadanos por salvar su propia ciudad".
El proyecto MOSE permitirá frenar la subida de la marea y mantener lugares como la plaza de San Marcos y su basílica, uno de los más afectados por el fenómeno dado el bajo nivel del suelo, lejos del agua.
La otra mujer de la noche inaugural fue seguramente la presidenta del jurado, Isabelle Huppert, que con paso marcial y un dramático vestido rojo subió al escenario para declarar abierta la 81 edición del Festival de Venecia.
"Hay un lenguaje de esperanza que merece seguir vivo y es el lenguaje del cine", afirmó Huppert, que ya hoy en la rueda de prensa se había manifestado preocupada por el frágil estado del cine.
No hubo espacio para discursos políticos, proclamas de intenciones. Venezia 81 se inauguró con una ceremonia breve y seca, dirigida por Sveva Alviti, inaugurada por Clara (su voz poderosa un poco traicionada por la emoción), con un pequeño momento "in memoriam" impulsado por el presidente de la Bienal, Pietrangelo Buttafuoco, con imágenes de Roberto Herlitzka, Gena Rowlands y Alain Delon, fallecidos recientemente.
Más bien, fue la alfombra roja la que electrizó: los jóvenes que gritaron (esperando desde la mañana) por Jenna Ortega, la Wednesday de la serie de Netflix y la adolescente rebelde en "Beetlejuice Beetlejuice", con vestido de gasa rojo con corpiño en forma de corazón; la hechizante Mónica Bellucci con vaporosos drapeados negros en el escote de la mano de Tim Burton; Willem Dafoe en el curioso doble papel de presidente de la Bienal de Teatro y entre los protagonistas de la película inaugural, con Winona Ryder, Michael Keaton y Catherine O'Hara, con un traje armadura digno de las fantasías de Burton.
Y nuevamente en la ceremonia Roberto Bolle, Cate Blanchett (aquí para la serie "Disclaimer", de Alfonso Cuarón), Patti Smith, la presidenta de Cannes, Iris Knobluch, con el director del festival, Thierry Fremaux, el ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano con su esposa Federica Corsini, la subsecretaria de Cultura, Lucia Borgonzoni y el presidente de la comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Federico Mollicone.
Las expectativas puestas en Venecia 81, como subraya el director Alberto Barbera, son muy altas, con un talento nunca antes tan numeroso y del que esta noche ya hubo un ejemplo.
Mañana se sigue, entre otras cosas, con Angelina Jolie protagonizando "María", de Pablo Larraín.
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