"¡Cuando sea mayor seré bombero!". Es imposible no reconocer esta frase para cualquiera que fuera un niño en Italia en la década de 1980.
Casco en la cabeza y chaqueta de bombero, así lo pronunció Grisù, el pequeño dragón creado por el genio y el lápiz de los pioneros de la animación italiana, los hermanos Nino y Toni Pagot, ya "papá" del polluelo Calimero.
Apareciendo por primera vez en blanco y negro para un anuncio de dulces en Carosello en 1964 y luego convirtiéndose en el simpático Grisù que todos los italianos conocen en los dibujos animados infantiles en 1975, Grisù se prepara para celebrar su doble cumpleaños (60 y 50 años) con una nueva serie de animación en 3D ya emitida por Rai Yoyo y ahora también con su primer espectáculo teatral: "Grisù. Un dragón sin miedo!".
Se trata de un musical con la dramaturgia de Marco Pagot (heredero de Nino y Toni) y Manuel Renga, que también dirige, con la música de Francesco Lori y los decorados y vestuario de Valentina Volpi.
Los protagonistas, elegidos entre más de cien candidatos al casting, son Jasmine Lazzoni, Jacopo Violi, Sara Zappa y Andrea Messina en el papel del pequeño dragón verde.
La producción, curada por A.t.t.i en sinergia con la Fondazione Aida, en colaboración con el Centro Servizi Culturali Santa Chiara y la Fondazione Atlantide Teatro Stabile di Verona, con la contribución de la Fondazione Caritro, se presentará en el Festival de Cine de Giffoni el 27 de julio y, tras el preestreno en Trento el 6 de octubre, debutará en Milán el día 12 para continuar de gira por más de 30 ciudades (entre otras, Roma, Gorizia, Turín, Bellinzona, Verona, Padua, Treviso, Vicenza, Bolonia y Trieste).
"Grisù es un personaje que pertenece a muchas generaciones -dice el director a ANSA -. Quizás en los últimos años se había perdido un poco, pero también gracias a la serie de animación de Rai Yoyo los más pequeños lo están descubriendo".
La que está en el escenario del teatro, continúa, "será una historia completamente original", pero siempre con la invitación "a seguir tus sueños y nunca rendirte".
Al igual que Grisù, el pequeño dragón que lanza fuego, pero sueña con apagar las llamas vestido de bombero.
Después de Il Gruffalò y Malèfici, "la Fundación Aida se dedica a una tendencia muy anglosajona, como la del teatro familiar - explica a ANSA la productora Meri Malaguti -. Es ese tipo de espectáculo, creado con la misma atención que el teatro de prosa para adultos, que entretiene y reúne a todas las generaciones. En los países anglosajones, por ejemplo, es ahora una cita ineludible para las vacaciones de Navidad".
En esta nueva aventura, pues, el joven Grisù vive con su padre Fumè en una cueva bajo el volcán, muy cerca de Dragontown, la ciudad de Stella, su mejor amiga humana.
También ella vive con su padre David, el jefe de bomberos local.
Grisù y Stella tienen un sueño secreto: ella quiere ser reportera y él quiere ser bombero. Sin embargo, lo que pone un palo en la rueda es una villana que aparece primero en las pesadillas de Grisù y luego en persona allí mismo, en las calles del pueblo: se llama Malasorte y se alimenta de los miedos de los seres humanos.
Para Malasorte, el miedo a estar solo es un trozo de pastel de violetas, el miedo a no triunfar es un bonito pollo asado azul, el miedo a perder a las personas que queremos es una macedonia de frutas de todos colores. Y Grisù y Stella, como todos los niños de esa edad, tienen muchos miedos: tendrán que aprender a comprenderlos y afrontarlos, porque como dice David "¡un héroe no es alguien que no tiene miedo, sino alguien que logra superarlo! ".
¿Pero Grisù acabará convirtiéndose en bombero? "Puedo anticipar que conducirá el camión de bomberos - sonríe Renga - No sé si llegará a serlo, pero estará muy cerca".
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