Las películas de Leone, para el director, tampoco pueden ser
copiadas, añadió Hill, quien participó en el festival para
estrenar, fuera de concurso, su último filme, "Dead for a
dollar", y recibir premio "Cartier Glory to the filmaker" por su
"extraordinario trabajo, talento y contribución original" al
cine contemporáneo.
La película recorre las andanzas del cazarrecompensas Max
Borlund (Christoph Waltz) desde México hasta toparse con su
enemigo, el peleador jugador de cartas Joe Cribbens (Willem
Dafoe), en una batalla por el honor.
La referencia a Sergio Leone por parte de Hill se debió al
documental "Sergio Leone: el italiano que inventó América",
producida por su propia familia para referirse con su propia voz
al mundo de los forajidos.
En cuanto a la película "Dead for a dollar" se remonta a
1897 y el genial cazarrecompensas Max Borlund (Christoph Waltz)
está en Chihuahua, en México. De hecho, fue contratado por un
rico empresario de Santa Fe. Su misión es encontrar a Rachel
Price (Rachel Brosnahan), esposa tomada como rehén y secuestrada
por Elijah Jones (Brandon Scott), un desertor afroamericano
huyendo del ejército.
Mientras, se producirá un encuentro entre Borlund y Joe
Cribbens (Willem Dafoe), jugador profesional, fuera de la ley y
enemigo jurado de Max que, hace años, había sido enviado a
prisión.
Max solo se enterará después de que la mujer se fue con
Elijah, huyendo de su marido violento, y así todo se complicará.
"Dead For A Dollar - explicó Hill - tiene muchos elementos
del western
occidental tradicional: nobleza primitiva, los combates como
pruebas de honor, nostalgia del pasado y de lo antiguo y la dura
ley de coraje. Al mismo tiempo, es un intento de hablar del
racismo y de cuestiones de género, problemas contra los que
luchamos hoy".
"Es una película que tiene en cuenta la nueva posición de
la mujer en la sociedad. No se congela en de los años treinta o
cincuenta".
Otra de las características del western, añadió luego el
director, "es que no
no hay nada decidido en la historia, salvo el enfrentamiento
final entre Dafoe y Waltz, atados a sus creencias, a su
carácter".
Al final de la conferencia de prensa, además, surgió una
pregunta incómoda, a la que, sin embargo, Walter Hill respondió
con confianza y sin enojarse.
De hecho, hubo quienes le preguntaron si era justo en un
western dar una cierta imagen de mujer y sobre todo hacer alarde
de tanta violencia gratuita.
"Yo lo veo diferente -aseveró el director-. Nunca he
promovido la violencia de
armas en mis películas, uso armas para contar una historia, esas
mismas armas que permitieron a los esclavos ser liberados".
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