"Blanquita", película inspirada en una red de pedofilia con involucración de políticos y empresarios de Chile y que se presenta mañana en el Festival de Venecia, "da voz a los que no la tienen, como está ocurriendo en el proceso social chileno", dijo a ANSA su director, Fernando Guzzoni.
La cinta, que compite en la sección Orizzonti, es una libre inspiración del caso Spiniak, de 2003, en el que fue detenido el empresario Claudio Spiniak, acusado de pedofilia.
La protagonista es Blanquita (interpretada por Daniela Ramírez), "una chica que intenta interrogar al poder a través de la red de pedofilia", señala Guzzoni (Santiago de Chile, 1983).
Para ello "hace de voz de los que no tienen voz, de niños abusados que han sido considerados testigos no idóneos por no tener poder, por consumir drogas o porque son del bajo fondo".
Es "un antihéroe, miente para decir la verdad", apunta por su parte el productor, el chileno Giancarlo Nasi.
"La mentira -subraya Guzzoni- funciona como un ejercicio extramoral". Blanquita, añade, "también es una víctima del sistema. No es una simple víctima ni una simple verduga".
Guzzoni apunta "una relación entre estos casos y la crisis social que Chile lleva viviendo desde 2019 y que tiene que ver con una relación del poder y las instituciones donde se construyen ciudadanos de primera y de segunda categoría por parte del poder".
El caso real ocurrió en 2005 pero Guzzoni lo sitúa ahora y también muestra que "dentro del feminismo, también hay sujetos, como Blanquita, que no importan a nadie".
Este "personaje que no es nadie de repente alza la voz y la gente quiere creerle", apunta el productor.
Al igual que en 2019, "con el estallido social pudimos ver la desigualdad cara a cara, nos dimos cuenta de que había mucho sufrimiento, desigualdad y pobreza" , añade.
La cinta "habla también de eso: de cómo una parte de la población es invisibilizada y cuando alza la voz la gente sí quiere escuchar".
Respecto al plebiscito sobre la Constitución de este domingo en Chile, Nasi opina que "pase lo que pase ya ganamos la guerra. Puede que perdamos la batalla, pero la guerra está ganada, porque las cosas ya no serán igual", dice.
Opinó que "el proceso de constitución tuvo una gran deficiencia: no se incluyó a la derecha en la discusión, y eso fue un problema de soberbia porque hay que que incluir a todo el mundo".
Nasi también destacó que, "hubo muchas fake news y no hubo debate suficiente para que miedos a la plurinacionalidad o al sistema de justicia indígena se disiparan".
Según Guzzoni, "la derecha no cree en la democracia, pero sin ellos no se construye la sociedad".
Y añade: "El camino de las viejas artimañas de la derecha ya nos mostró que nos lleva a un lugar muy oscuro. Espero que eso no ocurra".
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