El aumento de la esperanza de vida se ha desacelerado en Europa desde 2011, principalmente debido a estilos de vida poco saludables y, obviamente, al Covid-19.
La desaceleración más pronunciada se registró en Inglaterra, pero incluso Italia, otrora líder en longevidad, registró una de las caídas más significativas durante los años de pandemia, con una reducción anual media de 0,36 años.
Sólo algunos países del norte de Europa, donde ha habido una mayor inversión en salud pública y prevención, no se ven afectados. Así lo indica un estudio publicado en The Lancet Public Health por un equipo internacional liderado por la Universidad de East Anglia en Reino Unido.
El análisis examinó datos de la Carga Mundial de Enfermedades 2021, la encuesta más grande y completa para cuantificar la pérdida de salud, compilada por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud con base en el trabajo de casi 12.000 colaboradores en más de 160 países y territorios.
Los investigadores compararon específicamente los cambios en la esperanza de vida, las causas de muerte y la exposición de la población a factores de riesgo en toda Europa entre 1990 y 2011, 2011 y 2019 y 2021.
"Los avances en salud pública y medicina en el siglo XX hicieron que la esperanza de vida en Europa mejorara año tras año, pero esto ya no es así", afirmó el autor principal del estudio, Nick Steel, de la Universidad de East Anglia.
"Entre 1990 y 2011, la reducción de las muertes por enfermedades cardiovasculares y cáncer siguió dando lugar a aumentos sustanciales de la esperanza de vida, pero décadas de mejoras constantes finalmente se frenaron alrededor de 2011, con marcadas diferencias internacionales", prosiguió.
"Observamos que las muertes por enfermedades cardiovasculares fueron el principal impulsor de la reducción de las mejoras de la esperanza de vida entre 2011 y 2019. Como era de esperar, la pandemia de Covid fue responsable de los descensos observados en la esperanza de vida entre 2019 y 2021".
"Después de 2011 -continuó el experto-, los principales riesgos como la obesidad, la hipertensión arterial y el colesterol alto aumentaron o dejaron de mejorar en casi todos los países. La mejora de los tratamientos para el colesterol y la presión arterial no fue suficiente para compensar los daños causados ;;por la obesidad y la mala alimentación".
Los países con la disminución más marcada de la longevidad son Grecia, Inglaterra, Escocia, Italia, Irlanda del Norte, Portugal, Gales, Francia, Austria, Países Bajos, España, Alemania, Luxemburgo y Finlandia.
En cuanto al declive de Italia, en particular, los autores del estudio creen que podría estar "asociado a una reducción del gasto en salud pública y medidas preventivas".
Se observaron mejoras marginales en Irlanda, Noruega, Islandia, Suecia y Dinamarca, probablemente debido a una combinación de factores que incluyen políticas de salud pública más agresivas y una mayor inversión en atención sanitaria.
"Si comparamos los países", añadió Steel, "las políticas nacionales que han mejorado la salud de la población están asociadas con una mayor resiliencia a crisis futuras".
Países como Noruega, Islandia, Suecia, Dinamarca y Bélgica "mantuvieron una mejor expectativa de vida después de 2011 y vieron una reducción en los daños causados ;;por los riesgos de enfermedades cardíacas importantes, ayudados por las políticas gubernamentales".
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