El estudio publicado en la revista Royal Society Open Science por el grupo internacional de biólogos marinos dirigido por Ekaterina Kalashnikova del Programa de Cetáceos de Tanzania reconstruye su viaje récord.
Gracias a la plataforma de observación Happywhale, los investigadores descubrieron que un ejemplar macho adulto de Megaptera novaeangliae había sido visto por primera vez en 2013 en el Golfo de Tribuga, en la costa pacífica de Colombia, y nueve años después en el suroeste del Océano Índico, frente a la costa de Fumba en la región de Zanzíbar en Tanzania.
No es inusual que las ballenas jorobadas viajen grandes distancias (hasta 8.000 kilómetros) para reproducirse y alimentarse, pero normalmente lo hacen moviéndose de norte a sur o viceversa, mientras que los movimientos longitudinales son más raros.
Según los estudiosos, el macho de ballena jorobada en cuestión puede haber sido impulsado por una fuerte competencia con otros machos por la reproducción y la alimentación.
Y dado que en ambas ocasiones fue fotografiado en compañía de hembras, es probable que su épico viaje tuviera un fin reproductivo, sobre todo porque los avistamientos ocurrieron durante la época de apareamiento.
A partir de las fotografías es imposible reconstruir el itinerario exacto que siguió el animal, pero es probable que su migración fuera favorecida por las corrientes que discurren por la costa occidental de Sudamérica hasta el Cabo de Hornos, para luego cruzar el océano Atlántico y pasar al Cabo de Buena Esperanza llegando finalmente al Indico.
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