La cámara de los rescatistas muestra que Ryan se mueve y
su padre confirma: "Le hablé de lejos por radio, escuché su
respiración, respira con dificultad, pero está vivo", afirmó
conmovido.
Las fuertes oraciones de los marroquíes marcan el ritmo de
trabajo, día y noche.
Las multitudes se congregan alrededor del pozo y se ha
enviado a hombres de la gendarmería real para ahuyentar a los
curiosos.
Los lugareños se encargaron de acoger a los muchos
voluntarios que llegaron a Tamrout con la esperanza de ser
útiles en la tarea de rescate.
Las oraciones por Ryan resuenan todos los días en las 60.000
mezquitas de Marruecos.
Luego también están los que especulan sobre la tragedia. Se
creó una página de Facebook a nombre del padre de Ryan, que en
realidad ni siquiera tiene un teléfono celular.
Y hay quien, aprovechando la ola de emoción que ha
despertado el caso, ha creado camisetas que se venden por 16,68
euros, con gastos de envío incluidos.
El martes por la tarde el pequeño de cinco años cayó al
pozo de unos 35 centímetros de diámetro. Para rescatarlo se ha
intentado todo.
En un momento, un voluntario de rescate, Imad, se ha quedado
apenas a dos metros de llegar a Ryan, pero frenaron su avance
por temor a un desmoronamiento.
Entonces instalaron un nuevo dispositivo que utiliza
tuberías de hormigón armado en el lugar en el que se encuentra
el pozo, en una aldea cercana a la localidad de Bab Berred, en
el norte de Marruecos.
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