De martes a sábado, Marruecos ha sido epicentro de las noticias en relación a la suerte de Ryan, el niño de 5 años, que cayó a un pozo mientras jugaba.
Esta es la cronología de los hechos: - Martes 1 de febrero: El pequeño juega frente a la casa del pueblo de Tamrout, en el norte del país, a unos cien kilómetros de Chefchauen.
Es la tarde y con él también está su padre, quien luego declara: "Lo estaba vigilando pero de repente desapareció, ya no lo vi y no me di cuenta de que se había caído ahí".
El pozo seco es propiedad de la familia. Ante esto, piden ayuda, llegan los vecinos, luego todo el pueblo, muchos voluntarios se ofrecen.
Un vecino flaco intenta descender en rappel con una cuerda.
Pero en cierto punto el pozo se estrecha y le impide bajar.
Entonces bajan un teléfono celular con una soga con la cámara encendida. La imagen muestra que el niño está vivo, se queja, llama a su madre.
- Miércoles 2 de febrero: Llega Protección Civil, interviene el grupo de espeleólogos profesionales de Chefchauen. Dos de ellos intentan bajarse pero no pueden. Piensan agrandar la boca del pozo, pero la operación se considera demasiado arriesgada.
Con una manguera le envían a Ryan oxígeno, agua, algo de comer: Está extenuado pero vigilante, los voluntarios siguen hablando con él. Cambian de estrategia, llegan las cinco excavadoras, que trabajan toda la noche, sin parar para crear un canal paralelo al pozo e intentar alcanzarlo por un pasillo horizontal.
- Jueves 3 de febrero: 40 horas después de la caída, los rescatistas abren un nuevo hoyo que alcanza los 22 metros pero avanzan lentamente por el riesgo de derrumbes. La historia da la vuelta al mundo y comienza la transmisión de TV en vivo.
Miles acuden al lugar del accidente, en una entrega solidaria sin precedentes. Los voluntarios se alojan en el pueblo, en las casas de los vecinos de Ryan.
- Viernes 4 de febrero: Tras la tercera noche de excavaciones, el enorme cráter alcanza los 30 metros, en paralelo a la posición de Ryan y comienzan los trabajos para la construcción del túnel en una desesperada carrera contrarreloj, marcada por las dificultades: las rocas obstruyen a los taladros, el suelo se derrumba.
Ante esto, se decidió intercalar postes metálicos para consolidar la posible salida. Ryan tiene sed, le dan oxígeno y comida. En todas las mezquitas de Marruecos se reza por él.
- Sábado 5 de febrero: llega la fase más delicada, el equipo de socorristas trabaja con picos para perforar el último peñasco. Las obras a las 13:30 (hora local) se paran, la roca impide alcanzar al niño.
La ambulancia y el helicóptero de rescate están listos.
Ryan se mueve y habla por radio con su padre: está bien pero respira con dificultad. Los rescatistas entran en el túnel protegidos por un cordón de policías y a las 17.30 el ingeniero Murad Al Jazouli, jefe de rescate, anuncia: "Ryan está vivo, lo sacaremos hoy".
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