La facturación de los dulces de carnaval asciende a 600 millones de euros, con un mercado que registra un aumento constante: en dos años ha crecido un 20%.
Con los esfuerzos de los pasteleros y panaderos para contener los precios, los valores han aumentado en un promedio de alrededor del 5% en un año "a pesar de la fuerte suba en los precios de las materias primas y la energía".
Así surge de una encuesta realizada por CNA Agroalimentare (Confederación Nacional de Artesanía y Pequeñas y Medianas Empresas) entre sus miembros de toda Italia.
El estudio muestra que los Sfrappole (chiacchiere) son los dulces de carnaval preferidos, con una geografía regional que ve a estos dulces como protagonistas en Lombardía, Piamonte, Campania, Sicilia y casi todo el Sur del país.
En Lazio y Roma, sin embargo, los ganadores son los frappe.
En Toscana predominan los cenci, bugie en Liguria, ciarline en Emilia, fiocchetti en Romagna, y crostoli en Friuli Venezia Giulia.
CNA Agroalimentare agrega que, después de los dulces símbolo del carnaval, un papel clave en las celebraciones es la cocina local en "su extrema variedad", con numerosos productos típicos.
Entre los productos más vendidos se encuentran los tortelli (en Lombardía y otras zonas del Norte); fritole veneciano; los galanes venecianos; el bujarnik friulano; las tortitas, cenci, chiacciate en Toscana; y los strufoli o struffoli en Nápoles y en todo el ex-reino de las dos Sicilias.
Emilia-Romagna, Lombardia, Veneto y Friuli-Venezia Giulia son en cambio las regiones con la mayor cantidad de órdenes efectuadas en internet o en Apps en ocasión del último carnaval.
Son las áreas "mas golosas" de Italia, con los mayores gastos en dulces de carnaval.
En el top 15 de las provincias italianas donde más se gasta en la compra de dulces de carnaval, la primera posición la ocupa Roma, seguida de Milán en segundo lugar y Turín en tercer lugar.
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