"No hay chats de Jacobs, nunca los obtuve, no hice nada sobre él, solo investigué de fuentes abiertas y pensé a favor de Jacobs, nunca habría hecho algo contra el equipo nacional de atletismo", aseguró Pegoraro.
Tras la negativa del juez de instrucción, la fiscalía de Milán pidió el arresto domiciliario para el experto informático, quien participó de las audiencias del caso iniciadas recientemente.
El velocista italiano Filippo Tortu negó en febrero pasado cualquier relación con la búsqueda de información sobre sospechas de casos de doping de Jacobs.
El diario Il Fatto Quotidiano publicó entonces que Giacomo Tortu, hermano del atleta, recurrió a la empresa de seguridad e investigación Equalize, objeto de una investigación judicial por acceso ilícito a bases de datos institucionales, para obtener información sobre presuntos casos de doping de Jacobs.
El periódico reportó que la solicitud de Giacomo Tortu se presentó en septiembre de 2020 (un año antes de los Juegos Olímpicos de Tokio) y se refería a la obtención de los resultados de los análisis de sangre de Jacobs, que ganó la medalla de oro en los 100 metros de la cita celebrada en la capital nipona.
Siempre según se desprende de los papeles, el hermano de Tortu pidió acceso a las comunicaciones privadas entre Jacobs y su equipo.
Jacobs, destronado en París 2024 por el estadounidense Noah Lyles, también compartió con Tortu, Lorenzo Patta y con Eseosa Desalu el equipo italiano que ganó la medalla de oro en la posta 4x100 de Tokio 2020.
En tanto, el entorno de Jacobs publicó un comunicado para anunciar que el atleta, a la espera de más detalles y comprobaciones, ordenó a su abogado que evalúe "la opción de los perfiles jurídicos, como posible perjudicado" tras el artículo publicado por Il Fatto Quotidiano.
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