Además del cierre del intento de asesinato en 2019 de Enzo Anghinelli, ultrá del Milan, adjudicado al jefe de la afición del club rojinegro, Luca Lucci, y a su adjunto Daniele Cataldo, y del asesinato de Antonio Bellocco, miembro de una familia de la mafia calabresa ('Ndrangheta) adjudicado al ex jefe de los fanáticos del Inter, Andrea Beretta, la conclusión de la investigación, en vista de una posible solicitud de juicio, también afecta, por un episodio completamente diferente, al concejal regional lombardo y milanés Manfredi Palmeri.
La fiscalía de Milán acusa a Palmeri de corrupción entre particulares junto con Gherardo Zaccagni, un empresario que gestionaba los estacionamientos afuera del estadio Giuseppe Meazza de San Siro, y a una tercera persona.
Palmeri está siendo investigado, como ya se puso de manifiesto en septiembre con la operación de la Policía y de la Guardia de Fianzas, como miembro "de la junta directiva del M-I Stadio", la sociedad concesionaria "para la gestión y el uso del Estadio Meazza".
Para la cesión de la gestión del estacionamiento a Zaccagni y su Kiss&Fly srl, "durante los conciertos" de 2024, Palmeri, según la fiscalía, tuvo "un cuadro de un artista chino valorado en "11 mil euros".
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