Bologna, que venía de superar por 1-0 a Fiorentina de local, se impuso hoy por 2-0 como visitante de un Torino que terminó silbado por su público y desplazó del séptimo puesto a un Milan con el que tiene un partido pendiente y que el viernes se impuso por la mínima en campo de Hellas Verona en el inicio de la decimoséptima fecha del campeonato.
El equipo comandado por Vincenzo Italiano asestó las dos estocadas en el cierre del partido con goles del neerlandés Thijs Dallinga a los 71', a segundos de haber ingresado en reemplazo del argentino Santiago Castro, y de Tommaso Pobega a los 80' del partido presenciado por unos 20 mil aficionados en el Estadio Olímpico de Turín, que despidieron al "granate" con insultos.
Bologna pegó en los momentos justos frente a un rival que no acertó un remate al arco frente a la valla defendida por Federico Ravaglia (reemplazante del polaco Lukasz Skorupski) en los 90' y en los seis adicionados por el árbitro Marco Piccinini y terminó sufriendo su octava derrota en los últimos 12 partidos disputados.
El último lo había ganado por 1-0 como visitante frente a Empoli y el DT Paolo Vanoli presentó hoy una sola variante respecto de aquel equipo, con el ingreso del chileno Guillermo Maripán por el suspendido zaguero hispano-ecuatoguineano Saúl Coco, aunque poco se pareció al que celebró hace una semana y que hoy contó con los recuperados Samuele Ricci y el croata Borna Sosa.
La presencia en ataque del paraguayo Antonio Sanabria, reemplazado a los 64' por el escocés Ché Adams, goleador del equipo con cuatro festejos, no bastó para que Torino lograra vulnerar a un Bologna que tuvo en cancha durante el primer período al delantero argentino Benjamín Domínguez, reemplazado en el entretiempo por Riccardo Orsolini, artillero del equipo con seis tantos.
El colombiano Jhon Lucumí fue titular en el visitante, que no pasó sobresaltos pese a que Torino, empujado por su público, intentó mostrarse propositivo en el arranque del partido en el que Bologna pudo haberse puesto en ventaja a los 5' cuando Sosa cometió una falta en el área sobre el suizo Emil Holm que Piccinini sancionó con penal tras revisar la jugada en el VAR.
El argentino Castro se encargó de la ejecución desde los 12 pasos, pero su remate fue desviado por el serbio Vanja Milinkovic-Savic, quien volvió a lucirse en el rebote al taparle el intento a Pobega, quien debería esperar hasta el final por su revancha.
Mientras esto sucedía, el público local se dedicaba a entonar cánticos contra el propietario del Torino, Urbano Cairo, presente en el estadio, que en una de las pocas situaciones generadas por el equipo de Vanoli estuvo a punto de celebrar cuando el francés Yann Karamoh, compañero de ataque hoy de Sanabria, tardó en definir y permitió que Ravaglia despejase el peligro.
El momento de mayor tensión en ese período se vivió sobr la media hora de juego cuando el zaguero polaco del Torino, Sebastian Walukiewicz, sufrió un problema respiratorio que obligó a retirarlo en camilla y trasladarlo a un hospital, imagen que remitió a lo sucedido hace muy pocos días con su colega Edoardo Bove en el partido suspendido entre Fiorentina e Inter.
El primer tiempo se cerró sin goles, razón por la cual Italiano apostó por Orsolini en reemplazo de Domínguez y por el ingreso de Giovanni Fabbian por el escocés Lewis Ferguson en el inicio del complemento para darle renovadas energías a Bologna, que volvió a llegar con peligro a la hora de juego con un remate de Pobega que se estrelló en el travesaño y picó sobre la línea.
Pero la modificación que terminaría rindiéndole frutos al entrenador visitante sería la de Dallinga por Castro, pues el neerlandés acertó apenas 20 segundos después de saltar al ruedo y decretó el 1-0 parcial en la primera pelota que tocó, asestando un golpe que Torino sintió y al que intentó reaccionar con remates de Adams y Ricci que despejó bien parada la defensa de Bologna.
El de nocaut lo concretó Pobega, quien finalmente tuvo su revancha personal a diez minutos del final del tiempo reglamentario, aunque tardó bastante para poder celebrarlo porque su conquista sólo fue convalidada después de una larga revisión de la jugada en el VAR por parte de Piccinini, tras lo cual parte del público local comenzó a abandonar el estadio decepcionado.
Tras el pitazo final del árbitro, los que permanecieron en sus lugares despidieron al "granate" con silbidos e insultos, mientras los jugadores de Bologna celebraban una nueva victoria, séptima en el campeonato y cuarta en condición de visitante, que los deja a tres puntos de distancia de Fiorentina, su víctima anterior, y de meterse en zona de clasificación a la próxima Champions.
Un torneo en cuya actual edición recibirá a Borussia Dortmund en enero antes de visitar a Sporting de Lisboa en el cierre de su participación en la fase de Liga de la Champions League, en la que suma dos puntos y prácticamente no tiene chances de lograr el pasaje a un repechaje por un pasaje a octavos de final.
En febrero, Bologna visitará a Atalanta (líder del campeonato) por uno de los pasajes a las semifinales de la Copa Italia, torneo del que se despidió en segunda ronda Torino, que hoy estuvo lejos de mostrar una mejora y de alcanzar el equilibrio con el que soñaba Vanoli tras un gran arranque del campeonato que hoy parece haber sido sólo una ilusión.
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