Angela Carini, la púgil italiana que saltó a la fama tras tras sufrir una derrota categórica en su estreno en los Juegos Olímpicos de París, volverá a los cuadriláteros en el marco de la centésima segunda edición de los campeonatos nacionales de boxeo Elite, que se desarrollarán del 3 al 8 de diciembre.
El microestadio "Enrico Somaschini" de Seregno, municipio italiano de la provincia de Monza, será el escenario del regreso de Carini, luego de aquel doloroso y polémico traspié en el estreno del torneo olímpico femenino en los Juegos de París ante la argelina Imane Khelif, quien terminaría colgándose la medalla de oro en la categoría hasta 66 kilogramos.
Después de aquella amarga experiencia también para Khelif, víctima de una campaña de difamación en su contra que la llevó a iniciar acciones legales después de la cita olímpica, Carini se refugió en sus afectos familiares y retomó poco a poco sus actividades también como instructora de boxeo en el centro "Pino Daniele" de Caivano, Nápoles.
"Es lo más lindo que me sucedió porque el boxeo es lo que más amo y poder transmitirle esa pasión a los más jóvenes me hace recordar a mis años de niña, cuando me iniciaba en este deporte y eso me llena el corazón", confesó Carini, de 26 años, que volvió a calzarse los guantes el sábado pasado en un combate de exhibición.
Esta vez, para la pugil que trabaja como policía y supo ser campeona de tiro, será en una pelea de la categoría hasta 63 kilos en la que tratará de ir por el título nacional, habiendo dejado atrás aquella amarga experiencia olímpica.
Fue al abandonar luego de apenas 45 segundos y tras recibir el primer golpe de parte de Khelif, quien hace pocos días se refirió a ese controvertido combate en París afirmando que la decisión de la italiana de tirar la toalla respondió a presiones externas.
"No estoy enojada con Ángela, es mi hermana, compartimos la misma pasión por el boxeo. Sí lo estoy enojada con quienes la presionaron para que tuviera una reacción que no creía merecer", destacó la argelina en diálogo con el programa "El Estado de las Cosas" de la RAI.
"Como cualquier boxeadora, yo anhelaba un combate normal, pero fue una farsa. Con Angela nos conocíamos bien porque yo me entrenaba con la selección argelina en el centro federal de Assisi, pero no me la tomo con ella, sino con quienes la obligaron a comportarse de esa manera", reiteró.
"No creo que ella haya actuado así por su propia voluntad. Estoy absolutamente segura de que la presión a la que fue sometida la llevó a hacerlo", insistió Khelif, quien tras aquel resonante triunfo fue blanco de críticas y especulaciones relacionadas con condición de mujer.
No fue la única que debió afrontarlas y tampoco la única que las superó para convertirse en campeona olímpica, tal como sucedió con su colega taiwanesa Lin Yu Ting, quien atravesó un calvario también hasta llegar a la cima en la categoría hasta 57 kilogramos.
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