Genoa y Sampdoria animarán mañana una nueva edición del "Derby della Lanterna", un duelo que lleva dos años de espera porque el ascenso del "Grifone" a primera división en la pasada temporada coincidió con el descenso de los "Blucerchiati" a la Serie B.
Los caminos de ambos vuelven a cruzarse ahora después de una larga espera en un partido que definirá a uno de los clasificados a los octavos de final de la Copa Italia, torneo que Sampdoria conquistó en 1985, 1988, 1989 y 1994 y en el que Genoa celebró sólo en 1937.
Para Sampdoria, la de mañana se anuncia como una gran oportunidad para reivindicarse ante su público tras haber perdido con Palermo en los "play-off" por el tercer ascenso en la pasada temporada (ascendió Venezia en esa instancia) y habiendo ganado apenas un partido de seis en la actual.
Lo mismo podría decirse de Genoa, que cantó apenas una victoria en cinco fechas de la Serie A y viene de perder justamente ante Venezia como visitante el sábado, pues además en la próxima jornada del campeonato recibirá a una Juventus que marcha invicta y aún no recibió goles.
Será en el Luigi Ferraris, donde mañana se volverá a ver las caras ante el histórico "enemigo", que tratará de dar el golpe como reconoce Alberto Gilardino, técnico del Genoa, en la previa, al advertir que la diferencia de categorías entre ambos equipos no cuenta en los clásicos.
"Los clásicos emparejan cualquier diferencia, ya sea técnica o física, porque en estos duelos se impone el caracter y el deseo y el que más deseo tenga de ganar será el que festeje", afirma el campeón mundial en Alemania 2006.
"Hay una enorme expectativa en torno a este partido y eso nos obliga a jugar con determinación y un gran espíritu de sacrificio. Eso es algo que debe distinguirnos siempre y sobre todo mañana", advirtió.
Gilardino no podrá contar con el brasileño Junior Messias, así como tampoco con el ghanés Caleb Ekuban, ni con el ucraniano Ruslan Malinovskyi, operado tras sufrir una fractura de peroné que lo marginará hasta el próximo año, tan dolorosa como la derrota con Venezia.
Dos traspiés de los que Genoa buscará rehabilitarse mañana en un clásico que "es uno de los más lindos del mundo", explicó Gilardino, al reconocer que "se puede perder un partido, pero hay formas y formas de perder y no hay excusas para perder como perdimos ante Venezia".
"Creo que aprendimos la lección y si pensamos que somos mejores antes jugar estaríamos cometiendo un grave error", advirtió el técnico del Genoa, al considerar que mañana sus jugadores "darán algo más" en el clásico de lo que vienen dando en el campeonato.
Lo mismo espera su colega Andrea Sottil, quien también reconoce que "los clásicos son distintos a cualquier otro partido" y admite que tiene "el mayor de los respetos por el equipo de Gilardino", pero anticipa que su equipo irá por la victoria.
"Será un partido en el que los dos saldremos a ganar por obligación. Nosotros le debemos a nuestros aficionados una alegría y avanzar a la próxima ronda de la Copa Italia ganando el clásico sería incomparable", destaca.
"Voy a poner al mejor equipo posible en cancha y espero verlo jugar con entusiasmo y determinación, pero también con identidad porque sólo así estaremos en condiciones de ganar", explicó Sottil, quien hace algunas semanas reemplazó en el cargo a Andrea Pirlo y el sábado logró su primera victoria en el torneo ante Sudtirol.
Un partido aparte jugará Massimo Coda, delantero de Sampdoria con pasado en Genoa y "un gran profesional al que había dirigido en Siracusa hace muchos años y quien seguramente deberá soportar los silbidos del público rival", admitió Sottil.
La reedición del "Derby della Lanterna" obligó a tomar medidas de seguridad para evitar incidentes entre dos parcialidades históricamente enfrentadas con un operativo que se pondrá en marcha varias horas antes del partido y que incluye una vigilancia reforzada en la concentración de ambos planteles.
"Es un partido que la ciudad vive como ningún otro y no se juega hace mucho tiempo, razón por la cual es de alto riesgo", explicaron fuentes policiales al recordar que hace algunos días fanáticos de ambos equipos estuvieron a punto de enfrentarse y que el alcalde de Génova, Marco Bucci, se reunió con Gilardino y con Sottil augurando que sea "una fiesta sin incidentes".
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